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Continuas revelaciones sobre las masivas prácticas de espionaje y operaciones clandestinas de Estados Unidos a nivel mundial ponen en entredicho a la administración del presidente Barack Obama, que intenta sortear las críticas de ciudadanos y varios gobiernos.
Las filtraciones del exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden forzaron a la Casa Blanca a iniciar una investigación para revisar los procedimientos de vigilancia y tratar de calmar a una opinión pública que critica con dureza la intrusión en la vida privada de los individuos sin justificación.
Este domingo, el presidente del Comitíé Judicial del Senado, Patrick Leahy (Vermont), anunció en el programa Meet The Press de la cadena televisiva NBC News que el 14 de enero, la Cámara alta efectuará una audiencia con el panel de cinco expertos designado para revisar los procedimientos de la NSA.
La semana pasada, el grupo presentó al Ejecutivo un informe con 46 recomendaciones, algunas de las cuales incluyen frenar la capacidad de la NSA para recabar ciertas informaciones.
Obama prometió que en las próximas semanas informaría algunas modificaciones en el trabajo de la NSA, lo cual supone que Washington continuará con sus prácticas de espionaje interno y a nivel mundial, pero con nuevas reglas.
Documentos divulgados por Snowden, confirmaron que Washington husmea las llamadas telefónicas y comunicaciones por Internet de los estadounidenses y ciudadanos de otros países, incluyendo líderes mundiales, recurriendo a los datos de las empresas de alta tecnología.
Las informaciones dan cuenta de la escucha ilegal de las comunicaciones de la canciller alemana, íngela Merkel, de la presidenta brasileña Dilma Rousseff y de su par mexicano, Enrique Peña Nieto, entre otros líderes, algunos de los cuales exigieron explicaciones a Washington.
Este domingo trascendió que las actividades de espionaje y seguimiento de comunicaciones electrónicas alrededor del mundo tambiíén eran algo común durante el mandato del expresidente George W. Bush (2001-2009).
Documentos desclasificados por la Casa Blanca muestran que durante el gobierno de Bush, la NSA y el departamento de Defensa aunaron esfuerzos para husmear llamadas telefónicas y las acciones de tráfico de personas en la red de redes.
Tambiíén la víspera se reveló que la Agencia Central de inteligencia (CIA) colaboró con el Ejíército colombiano para asesinar a al menos dos docenas de líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC),
De acuerdo con el diario The Washington Post, Estados Unidos proporcionó al país sudamericano equipamiento de posicionamiento global (GPS) para determinar la ubicación exacta de los blancos y guiar bombas inteligentes mediante geolocalización hacia los objetivos, aun cuando se encontraran en selvas densas.
Citó el caso del asesinato del dirigente de las FARC, Raúl Reyes, vicejefe de la guerrilla, en marzo de 2008, cuando la Fuerza Aíérea colombiana lanzó bombas inteligentes en una zona fronteriza con Ecuador.