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El gremio de los metalúrgicos brasileños anunció la presentación de una demanda contra la automotriz estadounidense General Motors por el despido masivo de empleados de la fábrica de Sao Josíé dos Campos a partir de enero próximo.
Al ejecutar las cesantías, la General Motors viola el compromiso asumido con el Gobierno de que no echaría a ningún trabajador mientras las compañías de automóviles estíén exoneradas del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI).
El presidente del gremio, Antonio Ferreira de Barros, dijo que los cientos de despedidos pertenecen a la planta de producción del modelo MVA Classic, la cual utiliza a 750 trabajadores.
La empresa anunció el 23 de diciembre que se iniciaría un período de vacaciones colectivas del 2 al 20 de enero venideros, pero poco despuíés gran parte del personal recibió un telegrama, el cual comunica su separación del puesto de trabajo a partir del miíércoles próximo, aseveró.
Barros dijo que acudirá ante los tribunales para denunciar esta decisión y la violación del acuerdo con el Ejecutivo.
El IPI será reanudado de manera gradual a partir de enero, cuando la cuota impositiva pasará de dos al tres por ciento y en junio subirá hasta el siete, pero -según el líder sindical- este gravamen es mucho menor al que tenía el sector industrial en 2012, del 37 por ciento sobre el valor del vehículo.