Por... Odalys Buscarón
Rusia despide 2013 como el año más complicado, despuíés de la crisis económica y financiera global de 2008, signado por un descenso en los ritmos de crecimiento y contracción de los principales indicadores macroeconómicos.
En sus dos más recientes intervenciones públicas sobre la situación de la economía en los últimos 12 meses, el presidente Vladimir Putin admitió la existencia de factores internos, causantes de la ralentización del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, como la baja productividad y la disminución de las inversiones.
Destacó Putin que a pesar del negativo desempeño del sector industrial y otros problemas de fondo, la agricultura y la construcción contribuyeron a una discreta progresión del PIB.
Para los entendidos en la materia, un freno de peso sigue siendo la estructura de la economía dependiente de la exportación de materia prima (hidrocarburos, en lo fundamental), en más del 70 por ciento.
En cifras, el PIB de Rusia cerrará 2013 con un crecimiento en torno del 1,4 por ciento, según un informe conclusivo del ministerio de Desarrollo Económico. En 2012 la economía rusa creció en 3,4 por ciento y en 2011 en 4,3. Lo que representaría una contracción del PIB en más del doble.
A inicios de año, la cartera pronosticó el indicador a la altura del 3,6 por ciento y en marzo revisó a la baja hasta tres puntos porcentuales. En otra corrección efectuada en agosto, debido a los números en rojo del primer semestre, el Gobierno trazó una proyección anual del PIB en 1,8 por ciento.
En octubre, la economía experimentó un ligero ascenso de apenas 0,3 por ciento, tras dos meses en picada, mientras que el desempeño de noviembre se estima en 1,5-1,6 por ciento. A similar nivel cerraría diciembre, alrededor de 1,4 puntos porcentuales.
De acuerdo con las estadísticas anticipadas por Putin en la rueda de prensa anual, la inflación anual rondará el 6,1 por ciento, un mínimo descenso en relación con el registro de 2012, de 6,6.
Si bien el Ejecutivo no ha conseguido reducir el índice inflacionario, el indicador actual representa el guarismo más bajo en los últimos 20 años, para Rusia.
Entre los resultados positivos, el estadista resaltó el desempeño al alza de la producción agrícola (6,8) y de la construcción (12,1); unido al incremento del salario real (5,5) y de los ingresos monetarios de la población (3,6, frente a 4,6 en 2012).
Consideró, asimismo, un avance en cuanto al crecimiento de la pensión laboral promedio, de nueve mil 790 rublos (algo más de 300 dólares) el primero de enero de 2013, a 10 mil 742 rublos en la actualidad, equivalentes a unos 335 dólares.
Mientras que el costo promedio de la canasta básica se ubicó en unos 225 dólares, en el tercer trimestre del año.
Se espera, según Putin, un saldo favorable de la balanza comercial, con otro año de superávit, en el entorno de los 146,8 mil millones de dólares.
En contraste, el ministerio de Finanzas prevíé para 2013 un díéficit del presupuesto federal de 0,6 por ciento del PIB. En las enmiendas introducidas por el Gobierno al plan fiscal en curso el Ejecutivo calculó un desbalance presupuestario de 0,7.
La merma de ingresos "no petroleros" previstos podría resultar menor que la proyectada, en el umbral de 10,2 por ciento del PIB, frente a un pronóstico inicial de 10,6. Sin embargo, se advierte sobre un peso significativo de las entradas por concepto de venta de los hidrocarburos, en la estructura del Presupuesto de Rusia.
En los últimos 11 meses el volumen de la deuda externa pública aumentó en un 10 por ciento (cinco mil 65 millones de dólares), y al primero de diciembre ascendía a 55 mil 800 millones de dólares. En noviembre se redujo en 0,1 por ciento, que equivale a 56 millones 100 mil dólares. De conjunto, el endeudamiento público del país creció entre enero y noviembre en 10,3 por ciento.
INDICADORES SOCIALES
Con un ligero aumento, cierra el año la cifra de personas con ingresos inferiores al mínimo de subsistencia, calculado, según la metodología oficial, respecto al costo mínimo de la canasta básica de alimentos.
Hasta septiembre, el número de ciudadanos con bajos ingresos ascendían a 17 millones 800 mil, que representan el 12,6 por ciento del total de la población, acorde con el Comitíé Nacional de Estadísticas (Rosstat).
En el trimestre anterior, el segmento más desfavorecido económicamente representó 12,1 por ciento, ascendente a 17 millones 100 mil personas.
Comparativamente, el indicador fue menor en 2012 con 11 por ciento de la población en situación de pobreza (15,6 millones) en toda la Federación, y más alto durante el primer trimestre de 2013, al nivel de 13,8 por ciento, o 19,6 millones de personas, en tíérminos reales, según las estadísticas oficiales. En 2005, los pobres se estimaban en alrededor de 25 millones.
El mínimo de subsistencia, o ingreso mínimo, establecido per cápita en el tercer trimestre llegó a siete mil 429 rublos (unos 232 dólares), en tanto la canasta básica se cotizó en seis mil 895 rublos, alrededor de 215 dólares.
Recientemente, el Gobierno de Moscú elevó el poder adquisitivo mínimo a unos 10 mil rublos, unos 312 dólares.
Sin grandes oscilaciones, se mantuvo en 2013 el índice de desempleo, cercano al 5,5 por ciento, por lo que el país muestra uno de los indicadores más bajos del grupo de las naciones más industrializadas (G-8), despuíés de Japón.
En su mensaje anual al Parlamento, el presidente Vladimir Putin planteó como uno de los retos primordiales para Rusia, el incremento de la productividad, y la creación de incentivos para garantizar a corto plazo un crecimiento sostenido y sostenible, basado en el desarrollo tecnológico y la exportación de productos con alto valor agregado.
Se plantean como tareas un aceleramiento de los ritmos de crecimiento económico y el fortalecimiento de las posiciones de Rusia en los mercados internacionales, en condiciones de una coyuntura global compleja