Brasil descubre yacimientos que podrían aportar 33.000 millones de barriles de crudo
Publicado por Roberto da Rin en el Economista
El presidente Lula da Silva, en un acto reciente de Petrobas. Foto: Reuters
Una inmensa riqueza sepultada bajo una enorme capa de sal, un país que se transforma en "gigante energíético" y un presidente que promete crear una segunda compañía petrolífera que destine sus ingresos a programas sociales. Podría parecer una novela de Jorge Amado, pero es la crónica político-económica que llega de Brasil estas últimas semanas.
Una crónica de comienzo de una nueva era para el gigante latinoamericano de Luis Inácio Lula da Silva, el presidente al que, amíén de sus propios míéritos, le está sonriendo la diosa fortuna en forma de descubrimiento de enormes yacimientos petrolíferos. Los programas de inversión anunciados por Josíé Sergio Gabrielli, presidente de Petrobras, la compañía petrolífera brasileña, presentan cifras ríécords que alcanzan los 112.700 millones de dólares. Lo nunca visto en la historia económico-financiera de Latinoamíérica. Una inversión que, incluso, podría aumentar.
33.000 millones de barriles
"Hemos perforado 18 veces a lo largo de la costa brasileña que va desde el Estado de Santa Catalina al del Espíritu Santo -explica Gabrielli-. Y todas las perforaciones han sido positivas". Por el momento, nadie puede cuantificar el número de barriles de petróleo que podrán extraerse bajo la capa de sal, pero Gabrielli asegura que "sólo el yacimiento de Tupi tiene reservas de unos 8.000 millones de barriles. Es imposible efectuar evaluaciones precisas sobre los demás yacimientos de Júpiter, Carioca, Bem-Te-Vi, Jubarte o Caramba. Lo que está claro es que encontraremos muchísimo petróleo". Algunos llegan a hablar de 33.000 millones de barriles.
Gran parte del petróleo brasileño descubierto estos últimos meses yace bajo enormes depósitos de sal. El crudo encontrado a lo largo de Santos, por ejemplo, está a 6.000 metros de profundidad. El yacimiento de Bem-Te-Vi, un nombre que evoca a pájaro brasileño, presenta una historia muy antigua o, mejor dicho, geológica.
"El yacimiento -cuenta Mario Carminatti, responsable del Departamento de exploración de Petrobras- deriva de una anomalía originada por la separación entre Amíérica del Sur y ífrica, hace 152 millones de años". Las mareas y los movimientos del mar originaron la deposición de un estrato salino que, a menudo, tiene más de 2.000 metros de espesor.
La "maldición holandesa"
Por otra parte, precisamente la sal habría representado un cojín ideal para la conservación del yacimiento petrolífero que, de lo contrario, se habría diluido en el mar. Petrobras adquirió la más avanzada tecnología del planeta. En los últimos meses invirtió en ella 1.000 millones de dólares. La producción comenzará en el mes de marzo de 2009 y será de 10.000 barriles al día y 3,5 millones de metros cúbicos de gas.
Tanta riqueza energíética puede proyectar a Brasil al Olimpo de los grandes países productores, pero tambiíén puede provocar la "maldición holandesa", es decir la maldición que castiga a los poseedores de grandes recursos naturales. De ahí que Lula haya anunciado la "revisión" del modelo de explotación petrolífero brasileño. Se trata de la creación de una nueva empresa petrolífera (junto a Petrobras) con una misión bien precisa: dedicar gran parte de sus ingresos a programas sociales. La compañía se caracterizaría por una mayor presencia del Estado en la gestión de los yacimientos recientemente descubiertos.