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Autor Tema: Kirchner amenaza con expropiar a Codere su filial argentina, el 50% del grupo de  (Leído 147 veces)

Eguzki

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Argentina no se conforma con nacionalizar YPF expropiándosela a Repsol, multar a Endesa y presionar a Telefónica. Cristina Fernández de Kirchner ha puesto ahora sus ojos en Codere, a la que amenaza con desposeer sus catorce salas de juego en el paí­s austral si la compañí­a cae finalmente en manos de los hedge funds, unos fondos que a su vez han demandado a la República por el impago de bonos.

La presidenta del partido peronista ha ordenado a La Cámpora que ponga en marcha el proceso para estatalizar el negocio del juego en la provincia de Buenos Aires, región donde gobierna su principal rival polí­tico para las próximas elecciones generales de 2015, Daniel Scioli. El lí­der de la Agrupación Justicialista se ha ganado el apoyo de Cristóbal López, un empresario dedicado a los bingos que tiene interíés en quedarse con las 14 salas que Codere tiene en la capital bonaerense.

De esta manera, Kirchner quiere utilizar la expropiación de los activos de la empresa española para matar dos pájaros de un tiro. Por una parte, desactivar al candidato opositor de su propio partido. Y por otra, cargar contra los fondos distress, los mismos que le embargaron unas fragatas en pleno Ocíéano Atlántico por la reclamación de 200 millones de dólares por el impago de unas emisiones de bonos.

Los peronistas han advertido de que, si Codere cambia de dueño por su crí­tica situación financiera y los fondos oportunistas se quedan con la mayorí­a de la compañí­a, se nacionalizará la industria del juego. El encargado de empujar la iniciativa es el diputado de La Cámpora, Josíé Ottavis, que a mediados de 2012, pocos meses despuíés de la expropiación de YPF a Repsol, ya lanzó la primera amenaza sobre el sector.

Codere ha presentado preconcurso de acreedores al no poder hacer frente al pago de una lí­nea de críédito de 127 millones de euros. La semana próxima tiene que abonar otros 32 millones correspondientes a unos bonos que ya fueron impagados el 15 de diciembre y cuyos titulares le dieron un mes de gracia para cumplir sus obligaciones. Sea por una ví­a o por otra, lo lógico es que los hedge funds se queden con un alto porcentaje de la compañí­a como canje de la deuda por capital, tal y como adelantó El Confidencial el 30 de diciembre pasado.
De confirmarse los trámites para la nacionalización, Codere sufrirí­a un golpe muy duro en sus cuentas. Argentina representa el 39% de los ingresos del grupo controlado todaví­a por la familia Martí­nez Sampedro, que hasta septiembre facturó 448,6 millones de euros en el paí­s latinoamericano. Además, el beneficio bruto de explotación o ebitda depende en un 48% de Buenos Aires. Por si fuera poco, la compañí­a ha hecho un importante desembolso entre 2012 y 2013 para renovar cinco de sus catorce licencias de juego en la provincia, unos derechos que se han extendido hasta 2028 y 2029 y que ahora están en peligro si Kirchner sigue adelante con su advertencia.

Un enemigo muy poderoso

El enemigo de la presidenta y de Codere no es un cualquiera. Al contrario, se trata de un empresario de íéxito que en Argentina se le conoce como “el Zar del Juego”. Cristóbal López tiene intereses tambiíén en el sector petrolero, es dueño de varias empresas de construcción, otras de transportes, concesionarios de automóviles y hasta es propietario de un barco. Y lo que más preocupa a Kirchner: ha hecho un imperio de medios de comunicación desde el que supuestamente apoyará a Scioli.

En 2012 compró los activos del Grupo Hadad, con lo que se hizo con el control del canal de noticias por cable CSN y con las emisoras de Radio 10. Además, el empresario, que maneja cerca de un tercio de las salas de bingo y máquinas tragaperras del paí­s, tiene otros dos canales de televisión, seis radios, un diario, una revista y una web de información general. López es un conocido de OHL, a la que el pasado mes de noviembre le vendió una autopista en Argentina por 55,9 millones de pesos (cerca de 6,8 millones de euros).

Una encrucijada en la que Codere tiene todas las de perder. Si cae en manos de los hedge funds, Kirchner le quitará su negocio en Buenos Aires. Y si gana las elecciones Scioli, sus catorce salas de juego serán el objetivo número uno de Cristóbal López, que querrá cobrarse el favor.