Días antes de que finalizara el plazo de renovación de la línea de críédito síénior que Codere tenía contraída con BBVA, Barclays y Credit Suisse por un importe máximo de 120 millones de euros (60 de millones solo en efectivo) la multinacional del juego se enteró de que la banca acreedora había vendido su deuda a dos hedge funds: GSO y Canyon.
A partir de entonces la situación de la empresa propiedad de la familia Martínez Sampedro se empezó a complicar.El capital riesgo aprovechó el vencimiento de las condiciones de financiación que la empresa mantenía con la banca para imponer las suyas propias. De un interíés del líbor más un diferencial del 4,5% los fondos pasaron a exigir un coste sobre la financiación del 117% anual. Despuíés de varias negociaciones, y según la documentación aportada a la CNMV por Codere, rebajaron sus pretensiones y el interíés pasó a situarse ligeramente por encima del 40% anual. Además, los fondos GSO y Canyon, siempre según fuentes cercanas a la compañía de juego, habrían estado apostando en el mercado, mediante la compra de seguros contra impagos, a que la empresa cotizada entraría en default.
Sobre estos hechos, Codere pidió a comienzos de agosto a la CNMV que estudiase los hechos y abriese una investigación si consideraba que había materiales para ello. El organismo que preside Elvira Rodríguez ha declinado hacer comentarios sobre esta petición.
Los problemas que han llevado a Codera a declararse en preconcurso se deben fundamentalmente a dos factores. El primero de ellos tiene que ver con la forma en que está estructurada su deuda, concentrada toda ella en la matriz, algo que le impide beneficiarse de las deducciones fiscales en España.Su problema de endeudamiento se ha visto agravado por la crisis del consumo y la competencia desleal del juego online, que a falta de una legislación ha proliferado a sus anchas y ha mantenido una situación fiscal de favor, con exenciones de impuestos y sin limitaciones a la publicidad.
El segundo se refiere a la dinámica seguida por la empresa en Amíérica Latina. Ante el elevado nivel de apalancamiento la empresa decide reorganizar su negocio mediante la venta de activos. Para ello decidió tomar el control en Míéxico y emitió 300 millones de dólares en nueva deuda para hacer la operación.En medio de este proceso se produce la nacionalización de YPF, que lleva a los inversores interesados en activos latinoamericanos a dar un paso atrás.
En paralelo tiene lugar la caída de los ingresos en Argentina, por la aprobación de la ley antitabaco y la renovación anticipada de las licencias en la provincia de Buenos Aires, con un coste para la española de 107 millones de euros.
Todo ello tuvo como efecto inmediato el incremento de la deuda. Sin embargo, han sido las exigencias impuestas por los fondos GSOy Canyon los que han terminado de complicar la situación a una compañía que a día de hoy tiene una deuda de 1.000 millones en bonos y 250 millones en concepto de críédito.
Renovación sujeta a los bonistas
La semana pasada Codere envió un comunicado a la CNMV en el que indicaba que el consejo de administración de administración había llegado a un acuerdo con sus acreedores para prorrogar 30 días el pago de la línea de críédito. Es decir, en virtud del pacto alcanzado en el periodo de negociación, el contrato finaliza el próximo 6 de febrero, aunque podría extenderse hasta el 15 de abril en función del “cumplimiento de ciertas condiciones ligadas a la evolución de las negociaciones y alcance de un acuerdo con los bonistasâ€. Este acuerdo está sujeto a un plan de reestructuración que sea aceptado por el 50% de los titulares de los bonos.
El importe renovado es el inicial, 127,1 millones, con una comisión de apertura del 0,5% sobre el tramo efectivo y del 1% sobre las garantías y un tipo de interíés un 1% superior al inicial. La compañía dispone de tres meses para continuar con las negociaciones en medio de nuevos rumores que apuntan a la nacionalización del juego en Argentina ante la desconfianza que genera al Gobierno.
Deja de pagar el cupón a los bonistas
Codere no abonará los 31 millones de euros para el pago de los intereses de la emisión de bonos por importe de 760 millones de euros. Despuíés de que el pasado 12 de diciembre la empresa de la familia Martínez Sampedro se acogiera al periodo de gracia de 30 días, ayer la compañía acordó “no dotar a Codere Finance Luxembourg con los fondos necesarios para satisfacer el pago de los intereses debidos por los bonos en euros con vencimiento en 2015â€, según el comunicado enviado a la CNMV. En los próximos días se compromete a negociar con los bonistas la reestructuración de la deuda.
La noticia se conoció con el mercado cerrado. Los títulos de la compañía sumidos en la volatilidad desde el pasado mes de mayo cerraron con una subida del 1,05% y en el año se anota un 39% hasta alcanzar los 0,96 euros por acción