Mientras la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) mantiene un pulso por sobrecostes con Sacyr y sus aliados en la obra del tercer juego de esclusas, FCC trata de solucionar por la vía amistosa las desviaciones y ampliación de plazo en su actuación en el cauce del Pacífico de la misma infraestructura. Los sobrecostes rondan los 30 millones de dólares (22,2 millones de euros) en una obra de 267 millones (197 millones de euros).
En FCC están convencidos de que sus problemas en la parte que le corresponde de la ampliación del Canal se solucionarán por la vía del diálogo con la ACP. La constructora española ejecuta, junto a la mexicana ICA y la costarricense Merco, la ampliación por el cauce del Pacífico, actuación que fue adjudicada por el consorcio en enero de 2010 y que debería haber concluido el pasado 18 de agosto. Con un grado de avance del proyecto superior al 70%, esta obra, que complementa a la del tercer juego de esclusas a cargo de Sacyr, tambiíén acumula desviaciones.
Fuentes conocedoras del proyecto hablan de una cifra que ronda los 30 millones de dólares sobre un presupuesto de adjudicación de 267 millones de dólares. La ACP se había marcado como límite los 400 millones de dólares de presupuesto en el concurso; un consorcio liderado por Sacyr ofertó 288 millones, Jan de Nul lideraba un tercer grupo que se disponía a trabajar por 350 millones y la oferta más cara, de 379 millones de dólares, partió de la brasileña Odebrecht. De nuevo las españolas jugaban a la baja argumentando su capacidad tíécnica para resolver el contrato por un importe menor que el previsto por el propio Canal.
Tras el sonoro enfrentamiento entre la ACP y el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por la citada Sacyr, FCC ha preferido evitar cualquier postura beligerante con la operadora del Canal y con el Gobierno panameño. De hecho, fuentes de la constructora muestran el convencimiento de que los modificados presentados por el consorcio ICA-FCC-Merco se resolverán en la negociación bilateral con la ACP, al igual que la ampliación de los plazos de ejecución, sin que las empresas sufran penalizaciones. La nueva fecha estimada para el fin de obra está fijada en enero de 2015 y podría irse hasta el mes de junio.
FCC se juega mucho en Panamá. La compañía que controla Esther Koplowitz tiene en el país centroamericano 2.400 empleados y acumula una cartera de proyectos de 2.500 millones de dólares (1.850 millones de euros). La del nuevo cauce de entrada al Canal desde el Pacífico fue la última gran obra adjudicada por la ACP, con la excavación de un cauce de cuatro kilómetros y la construcción de una presa de 2,8 kilómetros. Pero más importante que esta actuación lo es, para FCC, la construcción de la primera línea de metro de Ciudad de Panamá.
Ese último proyecto, ganado por el grupo español en alianza con Odebrecht, será entregado antes del mes de marzo para su puesta en marcha oficial el día 5 de ese mes.
El Gobierno de Ricardo Martinelli no ha ahorrado en elogios a las contratistas y al resultado del que es el segundo mayor proyecto de infraestructuras del país. Solo esa primera línea está valorada en 1.800 millones de dólares, de los que FCC y Odebrecht han ejecutado trabajos por 1.500 millones de dólares.
Con el metro en pruebas desde el pasado mes de agosto, el Gobierno volverá a licitar obras para la segunda línea del suburbano, valorada en 2.200 millones de dólares, muy probablemente en este trimestre. Y busca financiación en Japón para la tercera línea, que partirá con un presupuesto de 1.800 millones de dólares (1.330 millones de euros). FCC pretende estar en la línea de salida en esos concursos