El presidente de la filial argentina de Shell, Juan Josíé Aranguren, contestó a las acusaciones del ministro de Economía, Axel Kicillof, sobre los supuestos ataques especulativos de la petrolera para forzar la devaluación del peso y aseguró que demostrará al funcionario "que se equivoca".
"Quiero aclarar que le voy a contestar por carta al ministro para demostrarle que se equivoca", afirmó Aranguren, presidente de la petrolera anglo-holandesa Shell en Argentina, en una entrevista publicada hoy por el diario Perfil.
El viernes pasado, Aranguren fue acusado por el titular de la cartera de Economía de haber perpetrado una maniobra especulativa con el objetivo de devaluar el peso argentino, que atravesó una semana de bruscas depreciaciones en la que cedió en total un 17,47% frente a la divisa estadounidense.
Kicillof declaró a una radio local que el dólar "estaba en 7,20 y hubo un pedido de compra de dólares por 8,40, y despuíés se determinó que quien había pedido iba a pagar 8,70, que todos sabemos que fue Shell".
El responsable de Shell argentina subrayó hoy que "frente al desequilibrio total que enfrenta el sector energíético, siempre dimos nuestro punto de vista y lo seguiremos haciendo. No nos vamos a callar aunque nos asusten".
Aranguren explicó que, el jueves, Shell realizó exportaciones por 3 millones de dólares, importó productos por 3,5 millones de dólares y liquidó dividendos por valor de 1 millón de dólares, por lo que la compañía tuvo que comprar dólares para cubrir la diferencia.
"La única oferta que tuvimos fue del HSBC, por 8,70 pesos. Hasta ese momento, el BCRA no había intervenido (al igual que en el día anterior). Luego, inyectó divisas y el tipo de cambio cerró más barato", justificó el presidente de la petrolera.
Aranguren aseguró tambiíén que todas las operaciones financieras de Shell en la región se realizan desde Río de Janeiro, por lo que rechazó tener ninguna capacidad de incidencia desde Buenos Aires.
"Nos gustaría que el ministro nos explique cómo conseguir dólares más baratos, pero lo cierto es que de cuatro días de la semana, en tres terminamos operando por debajo de la media diaria del tipo de cambio", lanzó el ejecutivo.
Aranguren destacó además que en los últimos tiempos el tipo de cambio se ha convertido en el coste más importante para el sector de la refinación.
"Como el precio del petróleo se expresa en dólares, la devaluación de la moneda termina afectando la rentabilidad de las empresas porque incrementa los costos. Entonces, ¿quíé sentido tendría para nosotros incentivar la desvalorización del tipo de cambio si eso va a redundar en una píérdida de rentabilidad?", concluyó.
El pasado jueves, por segundo día consecutivo, el peso sufrió su mayor depreciación en un día desde 2002 y cerró en 7,75 unidades por dólar, lo que supuso una caída del 8,54 por ciento.
Durante la jornada, la moneda argentina había alcanzado un valor máximo de 8,40 pesos por dólar, pero el precio se moderó gracias a una inyección de último momento del Banco Central argentino.
El viernes la cotización se estabilizó en torno a los 8 pesos, despuíés de que el Gobierno saliese a atajar la escalada con el anuncio sorpresa de que volverá a permitir la adquisición de dólares a particulares para ahorro y tenencia, despuíés de dos años de restricción.