La inyección de más de 2.000 millones en fondos de la UE para que Grecia recupere cuatro autopistas de presupuesto multimillonario, básicas para el desarrollo industrial del país, ha tocado de lleno a intereses de ACS y Ferrovial. Cada una de ellas cuenta con un 33,34% del consorcio Neo Odos, concesionaria de dos de esas autopistas que se pretenden culminar: Ionian Roads y Central Greece, la primera de 378 kilómetros entre Atenas y Ioannina, y la segunda de 231 kilómetros entre Lamia y Egnatia. Su construcción de ambas fue abandonada hace más de dos años por la quiebra del país y en su terminación tendrá un papel relevante el socio local, Gek Terna, que controla el otro 33, 34% del consorcio.
La inversión conjunta es de 2.600 millones de euros, para dos concesiones de 30 años. Las empresas han llegado a poner en servicio algunos tramos. PEro el grueso del trazado se abandonó cuando las expropiaciones de terrenos acumulaban retrasos, el Estado cerró el grifo de sus aportaciones y fue seguido por la banca acreedora, con entidades españolas entre los financiadores.
Un 48% de la inversión dependía del Estado, la concesionaria debía afrontar el 20% y la banca el 32% restante. La concesionaria había planteado distintos planes para resucitar las dos autopistas. El definitivo contará con el socio local Gek Terna como única constructora. Esta se queda sola en la obra y en función de sus aportaciones de capital –está previsto que inyecte unos 60 millones de euros– irá tomando mayor peso en la posterior explotación. Hasta el momento de la suspensión, las constructoras habían aportado unos 180 millones. Con la ayuda de la UE se ha previsto el arranque de las obras de forma inminente y su conclusión para el ejercicio 2016.
En un principio Gek Terna se quedaría como primera accionista, subiendo del 33% al 53%, y Ferrovial y ACS bajarían del 33% inicial a un 23%. Las dos españolas se quedan al margen de la construcción para evitar rearmar sus equipos en un país del que salieron por la profunda crisis que ha asolado la economía griega.
Además de los fondos europeos, que reaniman otras dos autopistas que construye el gigante francíés Vinci, el consorcio de Ferrovial y ACS ha precisado convencer a la banca a travíés de una refinanciación que prácticamente está firmada en todos sus tíérminos. Entre las entidades figuran el Santander, BBVA, Bankia e ICO, además de firmas como Espirito Santo, BNP o RBS. Según fuentes financieras, en estas últimas negociaciones la concesionaría ha levantado 150 millones adicionales, críédito en el que han entrado Santander y BBVA.
El consorcio a tres bandas fue creado en 2006. Tras el parón se abrieron casi tres años de negociaciones con el Gobierno, que llegó a establecer una compensación superior a los 300 millones de euros para este y los demás grupos de constructoras afectados. Con el balón de oxígeno de Bruselas, se vuelve al trabajo y se guardan en el cajón posibles reclamaciones.
Dos de los mayores activos en concesión
La autopista Ionian Roads está formada por dos secciones de carretera independientes. La primera de ellas, la sección Pathe, cuenta con 171 kilómetros en operación y 11 más de los que se debe hacer cargo el Estado. El recorrido arranca en Atenas y discurre hacia el norte hasta Lamía. La segunda sección, llamada Ionian, tiene 159 kilómetros de nueva construcción, 10 kilómetros ya transferidos y casi 27 kilómetros que corrían a cargo del Estado. Viaja paralela a la costa del mar Jónico en la zona norte del país, desde Patras hasta Inoánina.
Con una inversión prevista de 1.100 millones de euros, el Estado prestó subvenciones por 360 millones procedentes de fondos europeos para infraestructuras.
En el caso de esta autopista, la apertura de la sección Pathe, con 80.000 vehículos de intensidad media diaria, iba a facilitar la entrada de caja para ejecutar las obras de la segunda sección. A día de hoy, la IMD es de 28.000 vehículos tras una notable caída motivada por la crisis y los precios del combustible.
La segunda concesión de los grupos Ferrovial y ACS en Grecia, la autopista Central Greece (E65), fue firmada en febrero de 2007. Como en el caso anterior las españolas y la griega Gek Terna se repartieron el capital a partes iguales.
El plazo de explotación es de 30 años para 231 kilómetros de nueva construcción. La autopista, que discurre en dirección noroeste-sureste por el centro del país, tiene un primer tramo de 174 kilómetros a cargo de la concesionaria y un segundo de 57 kilómetros que será construido por la Administración y posteriormente transferido a la concesionaria. La inversión es de 1.580 millones, incluidos los 500 millones aportados por el Estado y un príéstamo de 950 millones a 26 años.
De la Central Greece, solo hay en funcionamiento una plaza de peaje.