New York Times News Service
NUEVA YORK. JPMorgan Chase le llamó. Tambiíén Goldman Sachs y Morgan Stanley. El telíéfono de Joe Tsai no para de repiquetear en estos días, y es perdonable si nunca ha oído hablar de íél.
Tsai no es siquiera un director ejecutivo, pero se puede decir que ha llegado a ser el ejecutivo más buscado en el mundo por Wall Street por una razón: Tiene las llaves de lo que muy probablemente será la mayor oferta pública inicial de esta generación: Alibaba, el gigante chino del comercio electrónico.
Alibaba hace parecer pequeño a Amazon.com por su volumen de ventas: 160 mil millones de dólares en 2012 comparado con 86 mil millones de dólares para Amazon, según RetailNet Group.
Su OPI pudiera valuar a la compañía en más de 150 mil millones de dólares, más que el valor de la OPI de Facebook o Google. Junto con eso, y aquí es donde entra Wall Street, habrá miles de millones de dólares en comisiones para los afortunados suscriptores.
Es Tsai, un ex abogado nacido en Taiwán que fue educado en Yale, y no el más famoso fundador de Alibaba, Jack Ma, quien está tomando las grandes decisiones sobre la OPI. Y eso le ha convertido en el Señor Popularidad entre la íélite de la banca de inversión.
“Bueno, siempre se siente bien cuando la gente dice que te ama y quiere hablar contigoâ€, dijo Tsai, quien es vicepresidente ejecutivo, en una rara entrevista.
Sin embargo, trató de restar importancia a la oferta.
“La OPI es solo un hito y la compañía continuaâ€, dijo Tsai. “Hay mucha vida despuíés de una OPIâ€.
La OPI de Alibaba es vista como un punto de inflexión crucial para la innovación de origen nacional en China y pudiera presagiar una ola de nueva atención en oras compañías de tecnología de China, como Tencent.
Para poner el tamaño de Alibaba en perspectiva, considere un enorme día de compras en noviembre: más de 300 millones de personas visitaron los sitios web de Alibaba y 50 millones de ellas hicieron una compra. Al concluir las transacciones, ese día generó 158 millones de paquetes por entregar.
Extrañamente, la OPI es vital para el íéxito o fracaso futuro de Yahoo y su directora ejecutiva, Marisa Mayer. Yahoo posee 24 por ciento de Alibaba, una participación accionaria que la empresa compró en 2005 bajo la dirección de Jerry Yang, el fundador de la compañía.
Las acciones de Yahoo han aumentado 107 por ciento en el último año en gran parte porque la valoración de Alibaba se ha disparado.
La OPI tambiíén es importante para Tsai a nivel personal; sus acciones en la compañía le hacen tener un valor de casi 2 mil millones de dólares en papel.
Es un largo camino desde cuando Ma le ofreció primer el puesto en 1999.
“Solo puedo pagarle 50 dólares al mes. ¿Se me unirá?â€, recordó Ma sobre esa reunión. “Cuando dijo que quería unirse a nosotros, me sentí muy sorprendidoâ€.
Tsai había trabajado como asociado en Sullivan & Cromwell a principios de los años 90 y luego se convirtió en inversionista de capital privado en la compañía de inversión sueca Investor. Ma le dijo que pensara en el puesto y lo invitó a un viaje.
“Fuimos a Silicon Valley durante una semana. Todos los capitalistas aventureros nos rechazaronâ€, dijo Ma. “Le preguntíé: '¿Aún quieres unirte a nosotros?'â€
Ma dijo que la esposa de Tsai, Clare, quien estaba embarazada en ese entonces, pidió visitar la compañía en Hangzhou antes de que su esposo se comprometiera. Ma recordó que ella le dijo: “Quiero verla porque mi esposo está loco. Si estoy de acuerdo con íél, entonces yo estoy loca. Pero si no estoy de acuerdo, me odiará toda su vidaâ€.
Fue el billete de lotería de toda una vida. Tsai, quien es el hombre encargado de los detalles de la visión de Ma, ayudó a negociar una serie de transacciones que convirtieron a la compañía en un gigante.
Tsai dijo que se sintió inspirado para dejar el serio mundo legal e incursionar en la inversión y el emprendedurismo despuíés de una reunión con algunos banqueros de Goldman Sachs cuando era abogado en Sullivan & Cromwell.
“Fui a una reunión, esto fue durante una íépoca en que una asociación con Goldman aún significaba algo real antes de la OPI, y Goldman estaba estableciendo una asociación extraterritorialâ€, explicó. “Por razones fiscales, tenía que establecerse en las Islas Caimánâ€.
A los banqueros de Goldman se les indicó que necesitaban tener una operación real en las Islas Caimán para hacer funcionar el acuerdo, dijo. Ahí estaba “este tipo joven en el rincón, encorvado sobre su silla. Dice algo así como, 'Sí, supongo que me mudaríé a las Caimán para dirigir esto’. Tenía unos 27 años, yo tenía 27 o 28 en ese entoncesâ€.
El abogado principal, dijo, les comentó: “Necesitamos tener a alguien del más alto nivelâ€. Tsai continuó con una frase final clave: “El tipo dice: 'Soy uno de los socios’. Es el tipo de 27 años de edad. Eso me asombróâ€.
Ahora, por supuesto, Goldman le está llamando a íél. Pero parte del trabajo de Tsai es impedir que la excitación en torno a una OPI deforme la cultura de la compañía.
“La economía financiera personal de todo está ligada a la compañía, así que obviamente todos harán cálculos en su cabeza y dirán: 'Poseo tantas acciones’â€, dijo.
“Nada me hace más feliz que ver mejorar la situación personal de nuestros empleados, porque esa es la razón por la que uno viene a trabajar todos los días. La parte negativa de esto es que la gente se vuelva un poco complacienteâ€.
Tambiíén está tratando de mantener a todos los banqueros a raya. Cuando ayudó a volver pública una subsidiaria hace un par de años, “le dije a los banqueros: 'Todos tienen que cooperar y trabajar unos con otros’. No quiero tener una OPI donde los banqueros traten de apuñalarse por la espalda, lo cual tienden a hacer. Y lo segundo es que no se alteren las actividades del negocio porque no queremos que la gente se obsesione con una OPIâ€.
Por el momento, es poco claro cuándo pudiera darse la oferta de Alibaba. Tsai dijo que aun cuando trabajó en ello gran parte de 2013, la compañía tuvo que oprimir el botón de pausa, y la OPI podría no suceder tan rápidamente como esperarían algunos este año.
“Formalmente no dimos inicio a ningún procesoâ€, dijo, continuando con la especulación que mantiene en vilo a los bancos y los mercados.
Una razón para el retraso es que, el otoño pasado, la Bolsa de Valores de Hong Kong rechazó el plan de Alibaba de enlistar ahí la compañía.
Sus reglas prohíben las estructuras corporativas que permiten a los accionistas minoritarios conservar el control de las compañías, y los fundadores de Alibaba quieren conservar el control de la compañía.
Su estructura propuesta, aunque inusual en Hong Kong, fue un esfuerzo por modelar a la compañía tomando como ejemplo a rivales como Google y Facebook, que siguen siendo estrictamente controladas por sus fundadores.
El rechazo del acuerdo se ha convertido en un detonante para una competencia mundial entre los mercados bursátiles y los países.
Tsai cree que el consejo de la bolsa de Hong Kong rechazó la oferta con un argumento “moral†de que la estructura de Alibaba no era lo suficientemente democrática.
“Nada puede ser más comercial que una OPI. Este no es el momento o el lugar para realmente hablar sobre moralidadâ€, dijo. “Simplemente pedimos una estructura en la cual un grupo de administración al que llamamos los socios tenga un alto grado de influencia sobre el consejo, y eso no es inusual en otros lugaresâ€.
En realidad, en Estados Unidos esas estructuras se han convertido en la norma, aunque algunos inversionistas han criticado la práctica de las participaciones accionarias especiales.
Tsai dijo que le preocupaba que Hong Kong se estuviera rezagando del resto del mundo y lo que esto pudiera significar para su futuro.
“Pienso que toda la economía de Hong Kong debería reformarse, realmente necesitan reenfocarse en la tecnología, en lo que es nuevoâ€, dijo.
Por ahora, sin embargo, Tsai resta importancia a todo el alboroto en torno a la potencial oferta con una sonrisa reveladora.
“Nadie está realmente obsesionado con una OPIâ€, dijo.
Pero eso no va a detener el juego de salón.