Despuíés de tres meses, se ha cumplido el plazo que concede la ley a la situación de preconcurso de Zinkia, un periodo diseñado para que las compañías cuenten con una prórroga suficiente para intentar rehacer su situación o iniciar el proceso para el concurso definitivo. En este punto se encuentra la productora de Pocoyó, despuíés de que la semana pasada no se presentara al consejo de administración un plan de viabilidad capaz de sacar a la compañía de la grave situación en que se encuentra.
Con una deuda cercana a los 11 millones de euros, el reconocimiento oficial de haber cerrado 2013 sin haber cumplido los objetivos de negocio y una refinanciación de la emisión de bonos que exige el pago de un interíés del 11%, la compañía tiene todavía una cita clave antes de que se cumpla el plazo definitivo para el abismo del concurso de acreedores, la Junta General Extraordinaria convocada para dentro de ocho días.
El próximo 11 de febrero, Josíé María Castillejo, presidente de Zinkia, ha convocado a todos los accionistas para someter a su voto una nueva emisión de votos, despuíés de que la última fuera víctima de un aviso en contra nunca visto por parte de la CNMV -Comisón Nacional del Mercado de Valores-, que dejó más que claro a los inversores los peligros de adquirir este producto.
El resultado fue un fracaso estrepitoso y la inmediata declaración de preconcurso. Todo ello, en medio de una guerra accionarial por tomar el control de la primera empresa en estrenarse en el MAB -Mercado Alternativo Bursátil-, que ha llegado al punto de que el empresario Miguel Valladares, segundo accionista de la compañía, con una participación del 11,2%, haya iniciado el proceso para ejecutar un críédito que adquirió a Bankia y que tiene como garantía la mitad de la participación de Castillejo en Zinkia.
Este movimiento convertiría a Valladares en primer accionista de la empresa, con más del 40% del capital, mientras que el peso de Castillejo, que actualmente ostenta el 64.7%, quedaría reducido al entorno del 30%. Sin embargo, el concurso que sí presentó el empresario para su sociedad Jomaca98, a travíés de la cual controla la participación de Zinkia, ha frenado los planes de su socio.
Ante la inminencia del concurso definitivo, la compañía está pendiente de que se reúna el consejo de administración para que tome una decisión definitiva de quíé pasos poder dar, sobre todo, tras la evidencia de que se ha acabado el periodo de preconcurso sin haberse podido presentar un plan de viabilidad que garantice la supervivencia de la compañía y el pago a los acreedores.