Corporación Financiera Alba ha movido ficha en Ebro Foods, compañía donde ya es uno de los accionistas de referencia y en la que ha reforzado su participación durante la última semana de enero. En concreto, entre los días 23 y 30 del citado mes, el holding de la familia March ha adquirido 800.975 acciones de la compañía a un precio que ha oscilado entre los 16,41 y los 16,96 euros, lo que ha supuesto un desembolso total de 13,35 millones de euros.
En tíérminos porcentuales, esta adquisición supone para Corporación Financiera Alba hacerse con otro 0,52% del capital, que sumado el 8,1% que ya poseía eleva al 8,64% la participación total de la saga mallorquina en el capital de Ebro Foods. Este movimiento llama la atención no sólo por lo importante de la inversión, ni por el nombre del comprador, sino porque los March llevaban sin comunicar ningún movimiento en Ebro desde junio de 2011, cuando aquirieron 3,078 millones de acciones a un precio medio de 16,89 euros por título, lo que elevó a 51,98 millones toda la operación.
Por aquel entonces, la familia Del Pino había tomado la decisión de ir abandonando el valor, donde llegó a superar el 6%, y la SEPI (Sociedad de Participaciones Industriales) había revivido su disputa con Grupo Torras en los tribunales, al lograr que se aceptara su recurso para adjudicarse más de dos millones de acciones de la compañía.
Dos años y medio despuíés, la familia dueña de Ferrovial ya no tiene ninguna presencia en Ebro; el Estado ha conseguido elevar su participación del 8% al 10% gracias a que ganó la batalla judicial a Torras, y un nuevo inversor ha irrumpido con fuerza en el valor. Se trata del empresario Juan Luis Gómez Tríénor, una de las mayores fortunas de la Comunidad Valenciana, que en el último trimestre del pasado ejercicio se hizo con un 5% del capital.
Representante de la alta burguesía levantina, el apellido Gómez Tríénor está estrechamente ligado a Coca-Cola, ya que desde los años 50 esta familia es dueña de Colebega, la distribuidora de la famosa bebida en la Comunidad Valenciana, Albacete, y Murcia. Y ha sido precisamente cuando las siete embotelladoras de la multinacional en España han unido fuerzas, cuando el empresario valenciano ha dado un paso al frente en Ebro.
Se da la circunstacia de que la compañía alimentaria ya tiene en su consejo a la catalana Sol Daurella, cuya familia se ha hecho el control de la nueva sociedad surgida de la fusión de las embotelladoras de Coca-Cola. Y es precisamente en medio de todos estos movimientos accionariales cuando, casi tres años despuíés, la familia March ha decidido volver a mover ficha en Ebro.
Una jugada que, además, se produce en plena reorganización de la cartera de la familia mallorquina, que acaba de salirse de Prosegur y que ha reducido peso en ACS bajo el constante rumor de que está mirando cómo romper de manera ordenada su relación accionarial con Florentino Píérez. En Acerinox, en cambio, sus últimos movimientos muestran un cariz más especulador, con adquisiciones y ventas en el corto plazo, una operativa puramente insider que se incrementó en la recta final del año pasado, cuando la familia Del Pino decidió replicar el movimiento de Ebro y salirse tambiíén del valor.