Las declaraciones de ayer en torno a la crisis del Canal de Panamá no dejaban lugar a dudas: el consorcio de constructoras GUPC, formado por Sacyr, Impregilo, Jan de Nul y Cusa, tiene todas las papeletas para seguir al frente del proyecto. Sin embargo, poco trascendía de lo que iba sucediendo dentro de la sala en que se reunían los abogados de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y de GUPC, con la aseguradora Zurich tutelando las conversaciones en la distancia.
El acuerdo estaba siendo revisado y todo apuntaba a que la firma, de producirse, se estamparía avanzada la noche española. Incluso no se descartaba una segunda prórroga en el marco de los contactos para aportar liquidez extra a las obras y evitar su paralización. El GUPC emitió un comunicado enviado a las 21:00 hora local (3 de la madrugada del miíércoles, hora española) en el que aseguraba que el Grupo “sigue intentando encontrar una solución para la finalización de las obras del Tercer Juego de Esclusas del Canal de Panamá, siguiendo el protocolo que se extendió previo acuerdo de las partes la semana pasadaâ€.
“Están cerquita de llegar a una feliz conclusión o feliz tíérminoâ€, anticipó el lunes el presidente panameño, Ricardo Martinelli. Y el embajador de Panamá en España, Roberto Eduardo Arango, remachó ayer que “lo más fácil y lógico†es que GUPC concluya la ampliación del Canal de Panamá, si bien reconoció que su país cuenta con un plan B, porque su “responsabilidad†es garantizar la culminación de las obras. “Parece que hay buena disposición para el acuerdo, para el que hoy es un día clave [por ayer]â€, dijo el embajador en un desayuno informativo de Executive Forum.
En la Bolsa se daba por hecho el final de la batalla y Sacyr se apuntó una revalorización del 6,2%, liderando las ganancias del Ibex 35.
La solución que se ha estado negociando durante los últimos días parte de la aseguradora del proyecto de ampliación, Zurich, quien ofreció la fianza de 400 millones de dólares (295 millones de euros) para levantar financiación externa. A esa cifra, la ACP aportaría 100 millones de dólares (74 millones de euros) y GUPC otro tanto. Fuentes cercanas a las conversaciones aseguran que esta no es la única opción sobre la mesa, máxime cuando se ha especulado con una aportación del BEI.
En todo caso, el plan financiero de Zurich garantizaría, según han defendido las constructoras, el fin de obra para junio de 2015.
Más allá de esta entrada de caja, que levantaría el ultimátum de GUPC por el que se ha avisó de una posible paralización de unas obras que rozan el 70% de grado de ejecución, las constructoras han buscado una moratoria para la devolución de 780 millones de dólares en anticipos reembolsables de la ACP entregados en 2012 y 2013. De esa cifra, 500 millones de dólares son de inminente vencimiento, pero GUPC y Zurich han demandado que el reintegro se aplace hasta la conclusión del proyecto, cuando tambiíén se dirimirán buena parte de las reclamaciones por sobrecostes (1.625 millones de dólares sobre un presupuesto de 3.118 millones de dólares) ante las instancias de arbitraje.
Tras el preaviso de suspensión que las constructoras remitieron a la ACP el 30 de diciembre, las negociaciones comenzaron el 7 de enero con fin de plazo el 21. Este se amplió hasta el 1 de febrero y posteriormente hasta ayer martes.