Acabar con el stock acumulado durante la íépoca del boom, recuperar la confianza de los compradores (nacionales e internacionales), mejorar el mercado del alquiler y poner en valor los suelos, a travíés de un mayor acceso a la financiación, son los principales desafíos a los que se enfrenta el sector inmobiliario español. «No es posible que España salga de esta situación sin el inmobiliario y viceversa», aseguraba Joan Ollíé, presidente del Consejo de Colegios de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (apis) de Cataluña y de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña, en el VII Encuentro Especializado sobre Gestión de Activos Inmobiliarios organizado por Unidad Editorial y patrocinado por la consultora inmobiliaria CBRE. «La burbuja no ha sido sólo inmobiliaria, ha sido tambiíén de administraciones públicas, de infraestructuras, de energías renovables, y todas han explotado simultáneamente», señalaba en estas mimas jornadas, Rafael González-Cobos, presidente del grupo inmobiliario Ferrocarril. Gestión de los activos adjudicados Tras la avalancha de adjudicaciones de viviendas, procedentes de impagos de hipotecas a particulares y de canjes de deuda por activos con promotores, las entidades financieras, incluida la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), han puesto en marcha diferentes iniciativas para pasar a gestionar estos inmuebles. í‰ste es el caso de Sabadell. «En 2009, creamos la inmobiliaria Solvia, retomando el negocio que tenía el banco cuando era dueño de Landscape. En 2012, cuando el portfolio empieza a crecer (con la asunción de la cartera inmobiliaria al absorber el banco Guipuzcoano);y nos dimos cuenta de la necesidad de centrarnos en la comercialización», comenta Josíé Antonio Alarcón, director de Análisis de Inversiones de Banco Sabadell. El responsable de la entidad catalana cree que tras la puesta en marcha de las plataformas, desde verano, la situación del mercado ha mejorado sustancialmente y comienza una nueva etapa. «No es un sector en ruinas, sino un sector en regeneración. Desde verano, vuelve a ver gente, el clásico inversor que compra varias viviendas en el mismo barrio, esto permitirá reducir el stock e iniciar una etapa de promoción. El stock se está reduciendo, sobre todo en Madrid y en costa», señala. «El mensaje de las inmobiliarias de los bancos ha cambiado: antes era sólo descuentos, ahora es que las oportunidades pasan», agrega el directivo de Sabadell. Fórmulas imaginativas para reducir el ‘stock’ En la actualidad, se calcula que existen un stock de viviendas, en distintas fases de desarrollo, de unas 750.000 viviendas sin vender. Una cifra aún muy elevada que, tras seis años desde el estallido de la burbuja, no parece que vaya a desaparecer a corto plazo. «La salida de la crisis en tíérminos económicos no se va a producir de la misma forma en cada región, y eso tambiíén influye en el inmobiliario. En Madrid, hay más actividad desde verano. Hay más visitas, más compras en meses de poca actividad. No hay avalanchas pero el comprador viene con interíés», asegura González Cobos. Estabilización de los precios «Ahora que han empezado a entrar en escena los fondos de inversión es cuando de verdad se va a producir el ajuste definitivo de precios, que hasta ahora mantenían articialmente los bancos», subraya Josíé García Cedrún, del fondo Drago Capital. «Los precios desde el pico, han caído entre un 30% y un 40%. Hay muy pocas zonas donde no hayan caído los precios», asegura Alarcón. «Creemos que hemos tocado suelo. Es posible que en 2014 haya aún un pequeño ajuste del 4% al 5%, pero despuíés va a llegar una evolución plana. Cada vez hay menos gente que cree que va seguir bajando», añade. «El precio del suelo será lo que estíé dispuesto a pagar por íél quien se arriesgue a desarrollar un proyecto», explica Xavier Tapias, director de Transformación de Suelo de Banco Sabadell. Ventas en el extranjero El año pasado, el Ejecutivo puso en marcha, dentro de la Ley de Emprendedores, un plan para incentivar la compra de vivienda por parte de extranjeros. La medida establecía que el ciudadano no comunitario que adquiriese una casa en España, cuyo valor superase el medio millón de euros, obtendría la nacionalidad. Esta medida refleja la importancia de estos clientes para el mercado residencial español. Un nicho donde ya existen signos de reactivación (las compras por parte de extranjeros no residentes se disparon en 2013) y por donde el mercado español quiere seguir creciendo. «Estamos en un cambio de modelo que cada vez es más global. Debemos apostar por internacionalizar la comercialización», asegura Ollíé, que reclama la colaboración de las Administraciones Públicas para potenciar esta demanda. «Hay que dar a conocer las ventajas que tiene una vivienda en España como su clima, la seguridad jurídica», agrega. Desarrollo de suelos «Hay que desistir de urbanizar muchos suelos y destinarlos a otros usos. Hay muchos suelos calificados como urbanizables que no lo son ni lo serán nunca. El planteamiento actual contempla unos costes de transformación del suelo tan elevados que el producto inmobiliario resultante ya no es capaz de soportarlos. Hay que revisar los planes urbanísticos aprobados para reducir sus cargas urbanísticas y aumentar sus aprovechamientos», asegura Jesús Armendia.