Santander e Iberdrola son dos de las compañías que han capitaneado el creciente uso del script dividend para retribuir al accionista, una fórmula que consiste en dar al inversor la opción de elegir entre cobrar su remuneración en efectivo o en títulos.
Desde que empezaron a utilizar esta fórmula, los dos grupos siempre han hecho apología de las bondades de recibir títulos, en vez de dinero, hasta el punto de que, por defecto, remuneran a los inversores con papelitos, lo que obliga a los ahorradores a tener que dar una orden explícita para poder cobrar en efectivo.
Lejos de predicar con el ejemplo, los primeros espadas de Santander e Iberdrola han optado, una vez más, por cobrar en efectivo, una postura que pone en evidencia la apología que hacen sus empresas respecto a la conveniencia de recibir acciones.
El presidente de Santander, Emilio Botín, que tenía derecho a recibir 150.329 títulos por la participación directa de 6,46 millones de acciones que declara tener ante la CNMV -Comisión Nacional del Mercado de Valores-, ha preferido embolsarse unos 970.000 euros al haber optado por cobrar los 0,15 euros brutos por título.
Además, tiene declarada una participación indirecta, donde está sindicada la participación de cinco familiares, de 72,84 millones de acciones, a la que habrían correspondido otros 1,6 millones de títulos, de los cuales sólo se han cobrado 6.025, lo que significa otra inyección en efectivo de más de 10,5 millones de euros.
En el caso del primer ejecutivo de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, su remuneración en efectivo ha sido de 0,126 euros por cada una de los 5,69 millones acciones que controla de manera directa, lo que eleva a cerca de 720.000 euros su remuneración en dinero contante y sonante. Una operativa diametralmente opuesta a la seguida por los accionistas de la elíéctrica, que en un 77% de los casos han optado por recibir títulos, un porcentaje histórico.
Como ocurre con la familia Botín, el directivo tambiíén declara una participación indirecta en la que están presente su cónyuge e hijos, que asciende a 248.080 títulos. Como la elíéctrica pactó otorgar una acción por cada 36 derechos, los Galán podrían haberse anotado 6.891 acciones por este concepto, pero sólo han recibido 612, diez veces menos, lo que significa que por vía indirecta ha recibido otros 791 euros.
Suma y sigue, porque a esta preferencia del dinero sobre los títulos se añade, en cambio, la remuneración en acciones con que son premiados los dos directivos por sus respectivas empresas. En el caso del presidente de Santander, además, esta entrega se ha declarado en el mismo comunicado en el que se evidenciaba el cobro del dividendo en efectivo.
El pasado 21 de enero, Emilio Botín recibió 21.670 acciones correspondientes al tercer ciclo del Plan de Retribución Variable, cuyo valor el día de la entrega ascendía a 6,443 euros por títulos, lo que supon un global de 140.000 euros.
En el caso de Ignacio Sánchez Galán, fue el pasado mes de marzo cuando recibió 1.604 acciones de Iberdrola, correspondientes a la liquidación de la parte de la retribución variables del ejercicio 2012, valoradas por aquel entonces a poco más de 6.000 euros, y que tras el cierre de ayer, cuando la compañía marcó 4,55 euros, suma 7.298 euros.
Además, dentro del plan Bono Estratíégico 2008/2010, el presidente de Iberdrola recibió hace justo un año, en enero de 2013, 305.000 títulos que, a los precios actuales, alcanzan un valor de 1,37 millones de euros. Frente a estos emolumentos, como publicó El Confidencial, la elíéctrica ha incumplido su promesa al accionista y recortó el pasado octubre un 10% el dividendo, dentro del nuevo plan estratíégico 2012-2014.