11/02/2014 - 08:00 Cristina J. Orgaz
La necesidad de hacer frente a la oferta convergente de Telefónica -fijo y móvil en la misma factura- obligará a Orange y Vodafone a comprar un operador de cable: el que preside Josíé María Castellano o Jazztel. La consolidación del sector llega a España.
El consejo de administración no ha aprobado oficialmente la salida a bolsa, pero sondear a los bancos de inversión que van a pilotar la operación siempre esparce rumores en el sector, deja inevitablemente un rastro. La intención está ahí. Ono cotizará en el parquíé, siempre y cuando mejoren las condiciones del mercado. Dado que esta es una premisa ya cumplida, no sería raro que de verdad el operador de cable español haya dado los primeros pasos en esa dirección en forma de contacto preliminar con los tíécnicos de la CNMV, tal y como informaba el 'Financial Times' la semana pasada. Según los expertos, es la operación que activará los movimientos corporativos en el sector de las telecos españolas, tan fragmentado como en el resto de Europa, y que, de rebote, coloca a Jazztel tambiíén en el punto de mira.
Pero las opciones de Ono no se agotan en la OPV. Dos potentes grupos luchan por hacerse con ella y ambos ofrecen, de momento, la misma cantidad: 7.000 millones de euros. Por un lado Liberty Global y su agresiva estrategia de expansión por Europa -en la última díécada ha gastado 50.000 millones de dólares en la compra de activos-. Junto con los últimos flecos de la compra de Ziggo en Holanda, es precisamente el endeudamiento que arrastra, muy superior al de sus homólogos del sector, uno de los principales puntos díébiles de la compañía estadounidense según los analistas de Citi, que rebajan su precio objetivo a 94 dólares desde 99, aunque mantienen su recomendación de compra. Sus acciones cotizan en torno a los 80 dólares esta semana. «El acuerdo de compra del operador holandíés tiene sentido estratíégico pero probablemente reduzca el precio de las acciones en torno a un 8 por ciento», exponen. Y de cara a futuras operaciones, como la de Ono, advierten que «pagar un múltiplo más alto por activos de crecimiento más lento podría tener un efecto adverso en el valor de las acciones de Liberty Global».
Dejarse comprar o salir a bolsa
En el otro lado del 'ring' encontramos a Vodafone y los 130.000 millones de dólares, gran parte en 'cash', que le reportó en septiembre la venta del 45 por ciento de Verizon Wireless. Son los contrincantes de una pelea que se prevíé encarnizada porque en el trasfondo está la guerra por el cable, que ahora se desata por Ono y que mañana podría trasladarse a cualquier otro lugar del mundo. De hecho, estas dos mismas empresas ya se vieron las caras en Alemania hace tan solo unos meses, cuando ambas pujaban por Kabel Deutschland Holding. La oferta de 7.700 millones de la británica fue la ganadora.
«Ahora mismo, Ono está en la tesitura de dejarse comprar o salir a bolsa y permitir que sea el mercado el que valore el negocio. La oferta de ambos supone 10 veces EBITDA, que no es exagerada», dice Josep Monsó, de GVC-Gaesco. Y es que la pugna podría ver cómo aumenta el precio del operador español.
Convergencia fijo-móvil
«En el mercado de las telecomunicaciones, el denominador común es la necesidad creciente de ancho de banda», explica Antonio Luis Flores, analista de IDC España. Porque el crecimiento de soluciones en la nube y la generalización de los 'smartphones' ha disparado la demanda de tráfico en las redes. «Esta tónica se va a seguir acentuando en el futuro, y obliga a cambiar los modelos de despliegue y de negocio entre operadores», dice. El producto estrella ahora mismo son las ofertas convergentes, es decir, fijo y móvil en la misma factura, y si acaso televisión por cable. En este segmento, Telefónica lleva ventaja al resto. Desde su lanzamiento a finales de 2012, su oferta 'Fusión', que incluye todo, ya suma más de 2,6 millones de clientes.
«La toma de control de Ono por Liberty o Vodafone podría intensificar la competencia en el mercado de telecomunicaciones español, sumando presión al dominio de Telefónica», dice la agencia de calificación Fitch Ratings en un informe.
«En el caso de Vodafone y Orange ahora mismo podrían estar más interesados en ganar grandes capacidades de ancho de banda sin inversiones prohibitivas, que en un posicionamiento meramente de oferta comercial. La compra de un operador con tendidos de fibra, como Ono, ayudaría a contrarrestar la oferta convergente de fibra de Movistar», afirma Flores. La forma de crecer para ambos operadores pasa por realizar grandes inversiones en desplegar cable o comprar una compañía que ya lo tenga. «Las sinergias de clientes sería el punto a favor de esta segunda opción. Hay apetito y desde luego, es una opción que está esperando el sector», dice Monsó.
El 'Plan B' apunta a Jazztel
El último en entrar en escena es Orange, que se declaraba en los medios dispuesto a participar en el proceso de consolidación del mercado de las telecomunicaciones en Europa, aunque un poco a la espera. La lucha entre uno de sus principales rivales en España y Liberty podría ser larga, aumentar el precio y desgastar a ambos. Pero por otro lado, le obligaría a reaccionar. «La operación forzaría a Orange a comprar» la compañía sobrante.
El operador que preside Josíé María Castellano cuenta con más de 900.000 clientes de banda ancha y tuvo unos ingresos de 1.183 millones de euros en los nueve primeros meses del año, sin embargo arrastra una deuda de 3.300 millones de euros refinanciada entre 2012 y 2013. Es el primer objetivo. El plan B apunta a Jazztel, que cotiza en bolsa en torno a 9 euros, lo que supone una capitalización bursátil superior a los 2.000 millones de euros. Barclays recomienda sobreponderar Jazztel en cartera y le otorga un precio objetivo de 10 euros por acción.
http://www.finanzas.com/noticias/empresas/20140211/gigantes-pugnan-podria-subir-2602766.html#VwZ1Ze0AfADBZkyf