Primero empezó reconociendo miles de millones en fallidos. Despuíés cerró varios centenares de oficinas, hizo un ajuste laboral para más de 700 empleados y finalmente prescindió del consejero delegado, Jaime Echegoyen. Este es el recorrido que ha tenido Barclays en España en los dos últimos años, salida que ha completado con la liquidación de una cartera de deuda pública de 2.000 millones y la amortización de 440 millones de DTA (activos fiscales diferidos) al constatar que no tendrá beneficios en la Península en los próximos años.
Es lo que se desprende de los resultados del banco inglíés, que este martes encendió a los inversores institucionales, que comprobaron que la institución ha destinado cerca del doble de dinero a pagar bonus a sus ejecutivos –casi 1.600 millones de libras esterlinas– que a dividendos para los accionistas (859 millones). La entidad ganó 540 millones de libras (648 millones de euros) en todo el mundo. Las acciones cayeron con fuerza en la Bolsa de Londres pese al esfuerzo del grupo por limpiar los balances de los países en los que las cuentas no le salen.
Uno de ellos es España, donde ha amortizado sus DTA por un valor de 440 millones de libras esterlinas, unos 530 millones de euros. Esta dotación responde a las bases imponibles negativas de Barclays en nuestro país, que no se salvaron en la reciente reforma de estos activos aprobada por el Gobierno y, por tanto, sólo se compensan si el banco tiene suficientes beneficios en el futuro. Por consiguiente, su amortización obedece al reconocimiento de que no ganará dinero en los próximos ejercicios, según han explicado fuentes oficiales de la entidad británica.
La nueva normativa de DTA permite que estos activos no tengan que restarse del capital de los bancos al recuperarse en cualquier caso, aunque la entidad no tenga beneficios en los próximos 18 años (tope que establecía hasta ahora la legislación). Pero esto sólo se aplica a dos tipos de estos críéditos fiscales: los generados por provisiones –sobre todo las destinadas a cumplir los Decretos Guindos de saneamiento inmobiliario– y por los planes de pensiones de los empleados. Y deja fuera a las píérdidas de años anteriores, las bases imponibles negativas del Impuesto de Sociedades, que es a lo que corresponden los amortizados por Barclays. En el total del sistema, suponen 20.000 millones de los 50.000 totales que hay en DTA.
No ha sido el único obstáculo al que ha tenido que hacer frente Barclays, que ha debido provisionar 287 millones de libras por su exposición al sector de las energías renovables en nuestro país. Los cambios regulatorios en la industria elíéctrica han golpeado con fuerza a los proyectos de energías limpias –parques eólicos, plantas termosolares y fotovoltaicas– que fueron financiados con deuda bancaria al considerar que se repagarían con la remuneración del activo. Al bajar drásticamente la retribución del Estado, muchos project finance están al borde de la quiebra.
Vende todos los bonos españoles
No obstante, el mayor movimiento que hizo Barclays sobre España en 2013 fue liquidar prácticamente su cartera de deuda soberana. Al cierre del pasado ejercicio, al banco inglíés apenas le quedaban 184 millones de libras en bonos del Estado, frente a los 2.067 que tenía a finales del año precedente. Una venta progresiva diseñada por la cúpula de Londres que desde que estalló la crisis en la zona euro decidió reducir a la mínima expresión su exposición a la deuda de los países perifíéricos. Este comportamiento excede las ventas de la banca española –motivadas por la penalización de la deuda pública en los test de estríés– y se opone al de los inversores internacionales, que están aumentando masivamente sus posiciones en bonos españoles.
En total, el dinero invertido en España por parte de Barclays ha bajado desde los 23.463 millones de libras hasta los 19.245, ya que el grupo bancario tambiíén ha ido disminuyendo paulatinamente su cartera de críédito a empresas, a instituciones financieras, a promotores inmobiliarios y a particulares.
Tambiíén hay que destacar el aumento de los activos adjudicados en nuestro país: así, los inmuebles en posesión del banco pasaron de 945 a 1.305 el año pasado, aunque su valor se ha reducido de 117 a 93 millones de libras por la bajada de precios inmobiliarios en nuestro país. En sus cuentas, Barclays asimismo reconoce que tiene otros 1.560 inmuebles (sin especificar si son viviendas, locales o suelos) en proceso de adjudicación o desahucio, por importe de 236 millones.
