Los fondos interesados en la empresa de ITV y certificación industrial Applus+ están presionando con precios a la baja por la compañía, lo que da alas a la oferta pública de venta (OPV) que impulsan Carlyle y el resto de los socios, según explican fuentes financieras conocedoras del proceso.
Fondos como BC Partners, Advent o Cinven han mostrado su interíés por hacer una oferta previa a los accionistas de Applus+ para que aborten la OPV. Sin embargo, estos inversores de capital riesgo quieren rebajar el precio y eso hace que la salida a bolsa siga su ritmo, si bien el borrador del folleto todavía no se ha remitido todavía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Portavoces de Applus+ han asegurado que, en este momento, no pueden dar ningún detalle sobre la marcha de la OPV. Otras fuentes financieras, en cambio, detallan que los fondos estarían poniendo sobre la mesa valoraciones bastante más bajas de las que maneja Applus+, amparándose en los cerca de 900 millones de deuda que soporta la empresa de certificación industrial.
Los mercados estiman un precio para la compañía de entre 2.800 y 3.000 millones –a los que luego habría que aplicar un descuento de cerca de un 20% en el precio final de la OPV para hacerla atractiva–. Sin embargo, el capital riesgo está ofreciendo cantidades ligeramente por encima de los 2.000 millones, argumentando el esfuerzo que tendrían que hacer para refinanciar el actual endeudamiento de Applus+.
Los fondos defienden que, con un volumen de negocio de más de casi 1.600 millones y un ebitda –beneficio operativo bruto– superior a 200 millones anuales no pueden pagar más por Applus+. Por tanto, todo apunta a que la OPV seguirá adelante. De hecho, no hay ni due dilligence en marcha con los posibles interesados del sector de capital riesgo, sino más bien muestras de interíés general, algo habitual en este tipo de situaciones.
Reducir deuda
Fuentes cercanas a los asesores de la OPV explican que la deuda es el factor clave que hace que la salida a bolsa sea más rentable para Carlyle (75%) y sus socios –Catalunya Banc, Bankia, BBVA y algunos empresarios catalanes– que una venta anticipada. Por ello, una parte de lo que se obtenga en la colocación se destinará a amortizar deuda, que podría reducirse en cerca de un 20% respecto a sus volúmenes actuales.
Por ahora, se han llevado a cabo reuniones con más de cuarenta inversores institucionales interesados en participar en la colocación y se prevíé que el tramo minorista sea nulo o testimonial. Todos ellos se han mostrado muy interesados.
Permanencia y trayectoria al alza
Carlyle planea seguir en Applus+ tras la OPV y retendrá cerca de un 30% del capital, con lo que continuará siendo el socio de referencia de la compañía, que en el último año ha visto cómo su volumen de negocio ha crecido en más de un 8%. La intención es jugar con la proyección alcista de los mercados para extraer más valor de la compañía a largo plazo.
Applus+ se encuentra muy internacionalizada. Si bien en España y entre el gran público es conocida por las ITV, el grueso del negocio reside en la certificación industrial, mucha de ella en sectores estratíégicos como el petróleo. El 80% de su facturación proviene de fuera de España.
Tal y como está evolucionando la negociación, Carlyle tiene todas las de ganar. Mientras mantenga en marcha la OPV, cuenta con una palanca suficientemente poderosa para presionar a los fondos interesados, los cuales se quedan con una única alternativa: subir el precio y hacerlo antes de que el calendario de la salida a bolsa se cumpla porque, en caso contrario, lo único que podrán hacer es adquirir sus acciones en el mercado de valores a un coste muy superior al que podrían haber obtenido si hubiesen conseguido hacer descarrilar la colocación.