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Autor Tema: El canal de Panamá pendiente de 400 millones de dólares y de mucha confianza  (Leído 109 veces)

Eguzki

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Panamá, 14 feb (EFE).- Cuándo y cómo se reanuden las obras de ampliación del canal de Panamá depende de lo que la aseguradora Zurich decida hacer con 400 millones de dólares de fianza y de que las partes en conflicto puedan restablecer la confianza mutua.

Así­ lo han explicado a Efe fuentes cercanas a la negociación que explicaron que aún "no hay preacuerdo alguno firmado", sino una última propuesta de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), aceptada en principio por el adjudicatario de la obra, Grupos Unidos por el Canal de Panamá (GUPC), y que es estudiada por Zurich con el fin de aportar a la misma 400 millones de dólares, en concepto de fianza.

La ACP no ha aceptado finalmente ni la existencia de sobrecostes ni salirse del guión, parcial o globalmente, que marca el contrato vigente con GUPC; y su propuesta final no llega a cubrir la demanda de 1.600 millones de dólares realizada por el constructor adjudicatario, que mantiene paralizada la obra por falta de fondos.

El grupo constructor, formado por la empresa española Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana (CUSA), no ha dicho ni sí­ ni no a lo anunciado el pasado miíércoles por el administrador de la ACP, Jorge Quijano.

Ante el pleno del Parlamento panameño, Quijano afirmó que en una conversación telefónica el pasado martes la ACP y el Grupo Unidos por el Canal (GUPC) lograron "en principio un acuerdo que puede dar resultado".

"La verdad es que todaví­a no hemos concluido el acuerdo por escrito, no queremos decir que hemos sido exitosos hasta que estíé plasmado", agregó y subrayó que las "negociaciones tienen que terminar a más tardar el próximo martes".

"Además de los números, el principal problema es la desconfianza reinante entre todas las partes en conflicto, incluida la aseguradora", explicaron las fuentes consultadas por Efe.

La negociación apenas ha variado las posiciones iniciales, derivadas de una hostilidad que comenzó muchos meses antes de que GUPC demandara públicamente el pasado 30 de diciembre 1.600 millones de dólares de sobrecostes y amenazara con paralizar las obras, lo que finalmente sucedió por la supuesta falta de fondos.

Los enfrentamientos entre Sacyr e Impregillo y de ambas empresas con la ACP han sido constantes, al igual que los pedidos de sobrecostes por parte de GUPC, siempre según las fuentes consultadas por Efe.

"La ACP empezó a prepararse para la eventualidad de tener que hacerse cargo de la obra en pasado junio, cuando vieron que GUPC podí­a colapsar financieramente, pero prefirió dejarle seguir trabajando. Cuanto más avanzaran menos iba a quedar pendiente", explicaron las fuentes.

Las dos principales preocupaciones que abordó la ACP cuando el adjudicatario advirtió de que tendrí­a que parar las obras fueron, en primer lugar, que la aseguradora comprobase un intachable cumplimiento del contrato por parte del ente publico panameño.

Y en segundo lugar, asegurar la entrega de las 16 compuertas para el tercer juego de esclusas en construcción, de las que cuatro ya están en Panamá y el resto en Italia, en poder de Cimolai, la empresa subcontratada para ello por Impregilo.

La ACP envió recientemente una representación a Italia para asegurar directamente con Cimolai el suministro de las compuertas en caso de que GUPC abandonara definitivamente las ampliación del canal por incumplimiento del contrato.

La desconfianza tambiíén ha existido en el seno de la ACP y entre su máxima autoridad, Jorge Luis Quijano, y el presidente de la República, Ricardo Martinelli.

Aní­bal Galindo, uno de los socios del despacho de abogados de "Alemán, Cordero, Galindo & Lee", que trabaja para GUPC, es asesor de Martinelli y vicepresidente de su partido, Cambio Democrático.

Por otra parte, Quijano se hizo con el cargo de Administrador de la ACP en contra de los deseos de Martinelli, que en su dí­a apoyó a Roberto Roy, quien finalmente asumió la presidencia de la Junta Directiva de la ACP y fue nombrado ministro para Asuntos del Canal.

Quijano se ha visto obligado en esta crisis a desplegar una campaña personal, con constantes reuniones con diferentes grupos de influencia, incluidos los partidos de oposición, en defensa de su postura de no ceder ante las exigencias de GUPC.

Convertida la ampliación de Canal en una causa nacional frente a intereses y "malos manejos económicos de empresas extranjeras", Quijano se ha transformado en una suerte de híéroe nacional intocable, sobre todo con unas elecciones presidenciales en el cercano horizonte del próximo mayo.

Algunos analistas consideran que la ampliación del Canal ha supuesto además un duro choque de culturas y diferentes formas de entender la gestión empresarial.

Y citan al respecto la tesis titulada "Cross Culture Work" que la antropóloga australiana Karen Smits realizó sobre el desarrollo durante sus dos primeros años de las obras en la ví­a interoceánica.

Smits analiza y confronta sin solución de salida la convivencia entre la cultura de los españoles por un lado, los italianos por otro, y de los panameños, por el suyo, con su herencia estadounidense y luterana como gestores celosos y eficaces del Canal, de la que Quijano bien puede ser su perfecto paradigma.