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Autor Tema: Sacyr reíºne otra vez al consejo con carácter extraordinario por las tensiones  (Leído 144 veces)

Eguzki

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Mientras la ministra de Fomento, Ana Pastor, se dio este fin de semana un baño árabe en el desierto de Arabí­a Saudí­ para suavizar los problemas con el AVE a la Meca que construye un consorcio español, el conflicto internacional de Sacyr por la ampliación del Canal de Panamá sigue enfangado. La indecisión de Zurich, la aseguradora del proyecto, y del Gobierno de España, que tiene que asumir un coste adicional por las garantí­as, hacen imposible la firma del principio de acuerdo el dí­a que vence el eníésimo ultimátum. La constructora española ha convocado un consejo extraordinario para decidir los pasos a seguir ante las divergencias.

Jorque Quijano, administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), aseveró hace una semana en la Asamblea Nacional que este martes debí­a estar cerrado el pacto para que las obras de la ví­a marí­tima se reanudaran tras la paralización ordenada por Sacyr y por Impregilo el pasado 6 de febrero. El primer ejecutivo del Canal hizo hincapiíé que la nueva fecha lí­mite era tiempo más que necesario para “afinar el lápiz” y concretar la financiación del último tramo de las obras.

Pero llegado el dí­a, las diferencias son lo suficientemente importantes como para que los trabajadores no vuelvan al tajo inmediatamente. El problema principal radica en que Zurich todaví­a no ha dado su brazo a torcer para convertir los 400 millones de euros del seguro que contrató el consorcio para protegerse de cualquier incumplimiento en una lí­nea de críédito. Esa es la decisión clave para disponer de dinero efectivo con el que acabar el 30% restante del proyecto.
Pero no la única. Porque Sacyr ha pedido a Cesce, la aseguradora española de capital público, que tambiíén modifique el aval en un contrato de garantí­a del príéstamo. Es decir, que el Gobierno asuma más riesgo, lo cual deberá ser aprobado por la Comisión Delegada del Gobierno que se celebra el jueves y, posteriormente, por el Consejo de Ministros de este viernes. Una decisión nada fácil porque el primer aval concedido por Cesce ya fue cuestionado por el Tribunal de Cuentas por “imprudente”.

Por si fuera poco, el vací­o de poder en Italia, cuyo primer ministro dimitió la semana pasada, dificulta aún más si cabe la rubrica del acercamiento que la ACP y el Grupo Unidos por el Canal (GUPC) alcanzaron la semana pasada. Porque Impregilo tiene, como Sacyr, un 48% de responsabilidad y requiere del apoyo del Ejecutivo transalpino para cofinanciar la finalización de los trabajos. La belga Jan de Nul y la panameña Cusa disponen del 2% restante.

Así­ las cosas, el consorcio necesita más tiempo para cerrar el preacuerdo, por lo que las conversaciones deberán prolongarse si la ACP se muestra flexible. Porque aunque Quijano se decantó porque Sacyr e Impregilo concluyan las terceras esclusas del Canal debido al coste mayor que supondrí­a para el paí­s, fue muy expeditivo al indicar que no tendrí­a ningún reparo en poner en marcha el Plan B.

“No le tenemos miedo a la otra solución. No vamos a vacilar si llega el momento de tomar la otra ruta, que puede ser algo complicada y algo delicada, pero tenemos plena confianza en llevarla a cabo si en una semana, si el próximo martes, no firmamos el acuerdo”, aseguró el administrador de la  ACP ante la insistencia de los malhumorados diputados panameños.

El acuerdo pasa porque Zurich aporte una lí­nea de financiación de 400 millones de dólares (el importe del seguro), cantidad que añadida a los 100 que desembolsarí­a la ACP y los otros 100 que abonarí­an las contratistas. Seiscientos millones de dólares con lo que se concluirí­a la obra, que sumados al retraso de la devolución de los 780 millones adelantos por Panamá a GUPC, permitirí­an finalizar el proyecto en diciembre de 2015. Despuíés llegarí­a la batalla legal por la reclamación de los 1.600 millones de dólares, 1.200 millones de euros, de los reformados que han provocado el conflicto