Los test de estríés a la banca española y europea ya han comenzado. Las entidades están recopilando toda la información requerida por las autoridades. En nuestro país, los bancos tendrán que aportar al Banco de España la lista de todas sus operaciones y contratos para la revisión previa de sus carteras -conocido como AQR-, fundamental para determinar su situación de partida para el examen de resistencia que realizará posteriormente el BCE.
Todos los datos tendrán que enviarse el 7 de marzo. Críéditos, participadas, deuda pública, inmuebles y un largo etcíétera para establecer el estado de los grupos que se someten a las pruebas a cierre de 2013. A partir de esta lista, el supervisor tomará mil muestras de cada uno. Los expedientes completos de íéstas serán enviados a la auditora correspondiente para que la verifique y determine su estado real.
Este procedimiento ya se siguió en los test de estríés realizados a la banca en nuestro país en 2012, que fue la base para la petición de los 41.000 millones a Europa para el rescate financiero.
La revisión de la calidad, que abordará tanto los activos dentro y fuera de balance como las exposiciones nacionales e internaciones, determinará a finales de junio o principio de julio el capital de máxima categoría con la que parte cada entidad en los test de estríés que se publicarán a finales de año.
Es decir, los auditores externos ajustarán el nivel de solvencia en el denominado AQR. No será el registrado o publicado por los propios grupos a cierre de 2013. Las autoridades comunitarias han fijado un mínimo del 8%. De no alcanzar este umbral el BCE exigirá medidas adicionales, tales como ampliaciones de capital, venta de carteras o restricción de dividendos
Medidas preventivas
Las entidades españolas han acelerado en los últimos meses distintas operaciones para incrementar sus ratios de solvencia y poder pasar con la mejor nota posible tanto el AQR como los test de estríés posteriores. En su mayor parte, se muestran confiados despuíés del saneamiento de 2012.
Todas los grupos, bajo la presión de Economía y el Banco de España, han llevado a cabo desinversiones de activos no estratíégicos, mayores provisiones para críéditos refinanciados, ampliaciones de capital y recortes en la retribución a los accionistas tanto en 2013 como en 2014, entre otras medidas.
El BCE y la Autoridad Europea Bancaria (EBA) han reiterado en distintas ocasiones que las pruebas a las que se someterán las entidades serán exhaustivas. No quieren sorpresas para la nueva era del sistema del Viejo Continente, cuya supervisión directa recaerá en el organismo que preside Mario Draghi.
De momento, sólo se han perfilado los criterios básicos para los test de estríés. Se exigirá en el peor de los escenarios económicos un 5,5%. Todavía no ha quedado clara la penalización que este examen impondrá en las carteras de deuda soberana. í‰sta es una de las grandes preocupaciones del sector, habida cuenta del importante volumen de bonos en sus balances y de los ingresos generados por la compra y venta de estos títulos ante la disminución de la actividad ordinaria.
Los datos, antes de la revisión de los activos que llevarán a cabo los auditores externos, muestran que el sector español cuentan con capital adicional a las exigencias mínimas, que supera el 10% de media. No obstante, alguna entidad con ayudas públicas podría tener dificultades para afrontar con íéxito esta prueba.