Los fondos de inversión no sólo quieren los activos inmobiliarios de la banca. Tambiíén se han interesado por quedarse con el negocio de distribución de las compañías elíéctricas en España. Según han indicado fuentes financieras, varios de los fondos de infraestructuras más importantes del mundo han comenzado a analizar la compra de estas actividades en manos de Iberdrola, de E.ON y de Hidrocantábrico.
El caos regulatorio que vive España por los constantes cambios normativos dictados por el Ministerio de Economía ha llevado a algunos de los principales operadores a replantearse su futuro en nuestro país. Compañías como GDF Suez han incluso encargado ya la venta de varias de sus plantas de ciclo combinado, operación que no ha podido concretarse hasta el momento por la citada falta de seguridad jurídica.
Una evaluación a la que puede contribuir el interíés de los mayores fondos de infraestructuras por aprovechar la obligación de los operadores principales por reducir deuda y reducir su exposición a España. Fuentes de algunas de estas compañías han confirmado el acercamiento de estos inversores, si bien matizan que no hay procesos formales de venta. “Estamos escuchando potenciales ofertas de fondos que se han aproximado para saber si estamos dispuestos a venderâ€, agregan desde una de las tres mayores elíéctricas de España.
La actividad de distribución consiste en situar la energía elíéctrica en los puntos finales de consumo. La mayoría de las compañías construye, opera y mantiene las instalaciones destinadas a tal efecto, garantizando la calidad del suministro y la atención directa y personalizada hacia sus clientes.
Los fondos de infraestructuras de Morgan Stanley y Goldman Sachs ya han tomado posiciones en nuestro país en este segmento del sector energíético. El primero le compró la red de distribución que Gas Natural tenía en la Comunidad de Madrid por 800 millones de euros. El segundo hizo lo propio con parte de los activos de Endesa, tambiíén en la región madrileña, por cerca de 1.000 millones, incluida una opción de compra sobre el 20% que se ejecutó el pasado año.
La referencia finlandesa
Pero más recientemente ha habido una transacción que demuestra el gran apetito de estos fondos. Borealis Infrastructure, el brazo inversor de los empleados municipales de Ontario (Canadá), se hizo en diciembre con Fortum Corporation, la empresa distribuidora de la red de electricidad en Finlandia. El fondo de pensiones canadiense pagó, en asociación con otros inversores, cerca de 2.500 millones por invertir en este país nórdico que, a diferencia de España, “es uno de los destinos más atractivos, con unas perspectivas económicas sólidas y un ríégimen político y legal estableâ€.
En 2013, Iberdrola contaba en España con 10,9 millones de puntos de suministro gestionados, y la energía distribuida total alcanzó 91.656 GWh, con una reducción del 2,9% respecto al año anterior. La elíéctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán facturó 1.904,8 millones de euros por este negocio en el último ejercicio, con una mejora del 2,6%. El resultado operativo fue de 1.450,3 millones, con un crecimiento del 7,6%. Inicialmente, Iberdrola no tiene incluida en su plan estratíégico 2014-2016 esta posible desinversión.
Por su parte, E.ON distribuye electricidad en las comunidades autónomas de Cantabria, Asturias, norte de Castilla y León y Galicia, donde la compañía cuenta con una infraestructura de unos 33.000 kilómetros de red para dar servicio a una base de más de 670.000 clientes, más o menos los mismos que ha comprado Borealis en Finlandia. La compañía no concreta cuánto factura en España por el citado negocio. La alemana ya se ha planteado irse del país, según publicó en diciembre el diario Der Spiegel.
Por último, la portuguesa EdP, dueña de Hidrocantábrico, distribuye en España 9.003 GWh por año, con 658.581 puntos de suministro y una red de media y alta tensión de 7.594 kilómetros, más otros 15.392 kilómetros de tensión baja. El número de subestaciones asciende a 58.