Por... Masiel Fernández Bolaños
Los pedidos iniciales de subsidio por desempleo cayeron en la última semana en Estados Unidos, en momentos en que la situación laboral sigue preocupando a los habitantes ese país, reportó hoy el Departamento de Trabajo.
El medidor descendió en 26 mil y se ubicó en 323 mil, en un mercado que ha sufrido por el crudo invierno.
La entidad añadió que el promedio móvil de cuatro semanas, considerado un mejor indicador de las condiciones subyacentes del apartado laboral, tambiíén se comportó a la baja.
Una investigación de la firma procesadora de nóminas ADP mostró que los empleadores privados de la nación norteña generaron en febrero menos puestos que los esperados.
La cantidad de plazas creadas fue de 139 mil, inferior a las 160 mil previstas, situación atribuida principalmente a las bajas temperaturas.
Las cifras se conocen un día antes de la divulgación del informe gubernamental sobre el comportamiento del mercado laboral en febrero, el cual es mucho más amplio porque incluye, además, el empleo público.
En el primer mes del año se generaron 113 mil nuevas plazas, inferior a las 190 mil pronosticadas, lo que fue interpretado como una señal de deterioro económico, pese a la disminución de la tasa de cesantía.
El índice de paro cayó una díécima y se ubicó en 6,6 por ciento, descenso atribuido en parte al abandono de la búsqueda de ubicación por el pesimismo existente.
El segundo mes consecutivo de contrataciones flojas, marcado por declives en los sectores minorista, de servicios públicos, gobierno, educación y salud, podría ser un problema para la Reserva Federal (FED) enfrascada en una reducción paulatina del estímulo monetario.
La tasa de participación, que es la proporción de estadounidenses en edad laboral que tienen trabajo o buscan alguno, se incrementó a 63 por ciento desde el 62,8 precedente, cuando había retrocedido al mínimo en más de 35 años registrado en octubre.
Expertos subrayaron que la tasa de desempleo está más cerca del nivel de 6,5 por ciento considerado más prudente por los funcionarios de la FED para pensar en subir las tasas de interíés, ubicadas en mínimos históricos.