La percepción del mercado sobre la banca española ha dado un giro radical. Hasta hace apenas unos meses, los inversores querían entrar únicamente en Santander y BBVA porque su diversificación internacional les ponía a cubierto de las inclemencias de las crisis española; ahora, los analistas prefieren la banca puramente nacional sobre los dos grandes. Y no es un analista cualquiera, sino Jaime Becerril, de JP Morgan, el 'martillo pilón' de la banca española durante toda la crisis. Ahora bien, tampoco se ha pasado a la euforia: considera que los márgenes y las provisiones no se normalizarán hasta 2016. Respecto a los dividendos, espera que los bancos vuelvan a pagarlo en efectivo el próximo año, pero para ello tendrán que recortarlo notablemente.
Becerril, analista jefe de banca para toda Europa de este banco de inversión, ha sido uno de los analistas más críticos con la banca española desde el principio de la crisis, y su incredulidad en las sucesivas reformas puestas en marcha desde 2009 ha resultado bien fundada. En septiembre de 2012 volvía a criticar la falta de determinación de los políticos para tomar las medidas necesarias, advertía de que no se cumpliría el objetivo de díéficit de 2013 (como así ha ocurrido) e incluso alertaba de la posible necesidad de un rescate completo si se acababa la tregua de los mercados. En cuanto a la banca, afirmaba que el banco malo iba a decepcionar porque los precios inmobiliarios tenían que seguir bajando (Sareb tuvo que reducir los suyos a mediados del año pasado ante la debilidad de las ventas) y que el problema no se circunscribía al críédito promotor, sino que se extendía a las refinanciaciones (el Banco de España tuvo que aprobar una normativa para reconocer la morosidad oculta en abril de 2013).
No obstante, sus predicciones de que los inversores seguirían alejados de nuestro país no se han cumplido y ya hace un año daba cuenta del cambio de signo en el mercado inmobiliario con un informe titulado "El sol vuelve a brillar en Benidorm". Ahora, completa esta vuelta de la tortilla con su primer informe positivo sobre la banca española, en el que eleva sus recomendaciones y precios objetivos para todas las entidades cotizadas. Aun así, estos precios ya han sido superados por las cotizaciones bursátiles, lo que le hace sumarse a la creencia generalizada de que nuestros bancos están "caros".
JP Morgan reconoce importantes avances en el sector, sobre todo en sus márgenes gracias a la caída en picado de la remuneración de los depósitos. En este sentido, espera que los bancos sigan aumentando la financiación vía depósitos frente a la mayorista y que los diferenciales entre el pasivo (los depósitos) y el activo (los críéditos) suban desde el 1,22% en 2013 hasta el 1,50% en 2015. Asimismo, rebaja el coste de capital para el sector, desde el 12% hasta el 9,6% gracias a la reducción de la prima de riesgo. Esta situación permitirá que los bancos salven sus cuentas hasta que el BCE empiece a subir los tipos de interíés.
Márgenes estrechos y morosidad todavía al alza
Ahora bien, que el sector estíé en el buen camino no significa que estíén solucionados sus problemas. Así, explica que "dudamos que los márgenes se recuperen a niveles anteriores a la crisis, ya que esperamos que el desapalancamiento continúe hasta 2016". Este desapalancamiento hará que el críédito siga sin crecer en 2014 y que sólo empiece a hacerlo a finales de 2015; e incluso entonces, sólo lo efectuará a ritmos del 1%-2% (lo cual choca con las positivas previsiones lanzadas hace una semana por Francisco González, el presidente de BBVA).
Tampoco espera una normalización de las provisiones en España hasta 2016; de hecho, cree que la morosidad seguirá subiendo hasta finales de este año y que sólo entonces se estabilizará. Incluso cree que hay entidades como BBVA que todavía no tienen cubierto todo el agujero del ladrillo.
Los emergentes penalizan ahora
Con todo, es el negocio en España el que le lleva a mejorar sus recomendaciones sobre el sector. Y es la exposición a los mercados emergentes la que le hace ser más cauto en los dos grandes. Y es que la diversificación ha pasado de ser un seguro contra la crisis española a una amenaza por la ralentización que están sufriendo estos países, en especial los latinoamericanos. Con la agravante del impacto negativo en el tipo de cambio, que ya se dejó sentir en las cuentas de cierre de 2013 de ambas entidades.
Finalmente, Becerril hace una predicción curiosa sobre los dividendos: tras el nuevo tope al dividendo en efectivo impuesto por el Banco de España en 2014, que ha hecho que las entidades se decanten de nuevo por el scrip dividend (en acciones), espera que en 2015 vuelvan a pagarlo en cash. Ahora bien, eso obligará a reducir el pago total. El caso más llamativo es el Santander, donde prevíé una rebaja de los 0,60 euros que paga actualmente en acciones a 0,31 en efectivo en 2016.