La Brigada Judicial de Valencia ha detenido a cinco personas, todas extranjeras, por su presunta implicación en un intento de compraventa de órganos. En concreto, para que un rico libaníés recibiera un trasplante de hígado. Es la primera vez en España que la policía efectúa una operación de este tipo y lo hace al amparo de la reforma del Código Penal en junio de 2010, que castiga con penas de prisión a “los que promuevan, favorezcan, faciliten o publiciten la obtención o el tráfico ilegal de órganos humanos ajenos o el trasplante de los mismosâ€.
La investigación comenzó en el verano de 2012, tras la denuncia de una ONG, que alertó de que había un grupo de personas que estaban ofreciendo importantes sumas de dinero a inmigrantes irregulares por vender parte de su hígado para un trasplante. Fue entonces cuando las autoridades sanitarias de Valencia detectaron tambiíén que había una serie de personas que se habían estado sometiendo a diversas y muy complejas pruebas míédicas en una clínica privada de esa comunidad. La alerta llegó hasta la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), dependiente del Ministerio de Sanidad, que activó todas las alarmas del sistema que supervisa los trasplantes. En España, pagar o lucrarse con la compra o la venta de órganos está prohibido y penado.
Y esto era lo que estaba tratando de hacer el acaudalado libaníés, enfermo hepático. El hombre, de 61 años, y con un cargo político en su país, se había trasladado a España con la intención de conseguir un trasplante. Algunos conocidos sanitarios libaneses le habían hablado del prestigio de España para este tipo de operaciones y emprendió el viaje con el objetivo de localizar a un donante vivo. El sistema español permite las donaciones de cadáver —para lo que se depende de las donaciones de familiares o de la previa voluntad del fallecido y que por tanto es limitada— o de vivo. Para esta segunda opción solo se suele aceptar a familiares o amigos muy cercanos, para constatar de manera efectiva que no existe ánimo de lucro. Donante y receptor tienen que pasar por numerosas pruebas míédicas y complejas entrevistas personales para constatar la idoneidad y la buena voluntad de su acción. En ambos casos, bajo control estricto de la ONT.
Un número de personas no precisado por las fuentes informantes se sometió a las pruebas de idoneidad que tuvieron un coste de unos 15.000 euros. Las facturas fueron abonadas en la propia clínica por otro de los ahora detenidos, que actuaba como intermediario del rico libaníés.
Entre todos los que se sometieron a esos análisis míédicos —la mayoría inmigrantes irregulares y pobres—, solo una mujer pasó la criba. Era perfectamente compatible con el receptor, y estaba dispuesta, según las investigaciones, a donar parte de su hígado a cambio de 40.000 euros. El paciente se puso muy contento cuando fue informado de que se había localizado a un donante. Sin embargo, rechazó someterse a la intervención cuando conoció que su donante era una mujer. Consideró que esto contravenía los principios de la religión islámica que íél practica
Antes de que se descubriera lo ocurrido, no obstante, el libaníés logró una donación. Aunque legal. El paciente recibió parte del hígado de uno de sus hijos, que viajó hasta España para hacerse las pruebas y someterse posteriormente a la operación en un hospital privado. El libaníés, que está acusado de intento de compra de órganos, fue detenido en Madrid, donde se había trasladado para someterse a otras pruebas míédicas tras la operación.
Es el primer caso detectado en España de intento de compraventa de órganos, frustrado gracias a los fíérreos controles con que cuenta la ONT, dirigida por el doctor Rafael Matesanz, que coordina con los servicios de salud de las CCAA, la donación y el trasplante de órganos, tejidos y cíélulas. Representantes de esta organización darán hoy en Madrid más detalles en una rueda de prensa conjunta con la policía.
El modelo español sirve de ejemplo para otros países que están empezando a implantar sus sistemas. En España hubo, durante 2013, más de 4.200 trasplantes, el más frecuente el renal, seguido del hepático. Uno de los aspectos más importantes y en desarrollo es precisamente la donación en vivo. El año pasado hubo 382 donantes renales a travíés de esta opción, según datos de la ONT. Esta fórmula solamente es recomendable en países en buena situación económica y que cuenten con una red sanitaria avanzada. Todo eso, con el fin de asegurar que las donaciones se realizan de forma altruista.
En España, la donación de vivo es posible si se cumplen los requisitos establecidos por la ley. El donante ha de ser mayor de edad y gozar de buena salud física y mental. La ley detalla los pasos a seguir por todos los implicados: míédicos y personal judicial y donante y receptor, para garantizar los derechos de ambas partes, la libertad en las decisiones, la voluntariedad, la gratuidad y el altruismo.
Anuncios y turismo sanitario
La Organización Nacional de Trasplantes ha dado la voz de alarma otras veces en casos relacionados con algún tipo de lucro en torno a la donación de órganos. El año 2013, denunció ante la Guardia Civil que se estaban anunciando en distintos portales de Internet la venta de órganos humanos.
Las autoridades investigaron el asunto y solicitaron a la página web que albergaba esta publicidad que la retirara. Alguna de estas ofertas eran realizadas por personas de entre 20 y 50 años que se mostraban dispuestas a vender un riñón o un trozo de hígado por 60.000 euros.
En aquel momento, la ONT y el Ministerio del Interior coincidieron en que era muy difícil que la venta de órganos pudiera materializarse en España, teniendo en cuenta los controles legales y sanitarios.
Tampoco es frecuente en España —líder mundial en trasplantes y donaciones— el turismo sanitario para someterse a estas intervenciones.
Sin embargo, las autoridades han detectado a media docena de personas que han sido trasplantadas en el extranjero, la mayoría en China. Es el caso de í“scar Garay, que fue denunciado por la ONT por “promoción y publicitación de la obtención o el tráfico ilegal de órganos o el trasplante de los mismosâ€.
Garay, con un carcinoma avanzado y una hepatitis C, dio a conocer su historia en marzo de 2010 en un reportaje en EL PAíS, en el que contó cómo, tras ser rechazado para entrar en lista de espera en España porque no reunir las condiciones adecuadas, fue a China donde, tras pagar 130.000 euros, consiguió que le trasplantaran un hígado.