Repsol ha decidido aparcar la venta de Gas Natural Fenosa. La compañía considera que en estos momentos tiene la capacidad financiera suficiente para poder afrontar inversiones de tamaño medio -las que está analizando principalmente- gracias a la reciente desinversión de los activos de gas natural licuado, así como a la potencial venta del 12 por ciento que todavía mantiene en YPF y al cobro de los bonos argentinos por la expropiación que se producirá durante los próximos dos años.
La petrolera opina, según indican los analistas que asistieron ayer a un encuentro con la compañía, que no les resultaría difícil desinvertir el 30 por ciento de Gas Natural si se encontrara una alternativa de inversión atractiva y de importe relevante. De hecho, Repsol siempre ha asegurado que su participación en la gasista es muy líquida e incluso llegó a sondear a posibles compradores en el otoño del año pasado, sin que ninguna oferta llegara a concretarse.
No obstante, la decisión de permanencia en el capital de la gasista se ve reforzada con la intención de la petrolera de mantener su representación en el consejo al máximo nivel, es decir, estarán sus dos principales ejecutivos, el presidente Antonio Brufau, y el secretario del consejo, Luis Suárez de Lezo, y en un momento en el que es necesario unir filas ante la confrontación que vive la dirección de la petrolera con Pemex.
Fuentes consultadas además indicaron que existe un pacto de caballeros entre Brufau y el presidente de la Caixa, Isidro Fainíé, para evitar la venta de esta participación.
Revisión del 'rating'
La salud financiera de la petrolera le permitiría en estos momentos afrontar operaciones de compra medianas. De hecho, la compañía espera una revisión de su rating que puede producirse entre este mes de marzo y abril para elevarse en un escalón.
Según Banco Sabadell, respecto a posibles objetivos no se concretaron las operaciones aunque si que se habló de una horquilla amplia de tamaño (entre 2.000 y 15.000 millones de euros) y se puso el foco en activos petroleros en Canadá que cotizan con descuentos medios del 20 por ciento.
El director financiero de la petrolera, Miguel Martínez, explicó que sólo se optaría por pagar un dividendo extraordinario si transcurridos estos dos años no se hubiese encontrado alternativa alguna de inversión, lo que alejaría todavía más la opción de desinversión de Gas Natural Fenosa.
La petrolera tambiíén explicó que acaba de recuperar la producción de petróleo en Libia, que supone cerca del 12 por ciento, y que ha estado parada treinta días durante 2014.
Según la previsión de Sabadell, el coste por día del parón en Libia se sitúa en un millón de euros a nivel de beneficio despuíés de impuestos por lo que cabría esperar un impacto negativo de al menos 30 millones de euros en el primer trimestre si no hay más paradas.
En el área de refino y márketing (downstream) la petrolera espera niveles de ebitda medio plazo de entre 1.000-1.500 millones de euros. La previsión de la compañía es que se mantenga la debilidad del margen de refino al menos dos años mientras no se produzcan cierres de refinerías en Europa, lo que en todo caso afectará en menor medida a la petrolera española por las inversiones realizadas en sus activos de refino.
Paga al Santander
La petrolera se prepara para dar carpetazo definitivamente al asunto YPF, pero entretanto recuperará una participación en la petrolera argentina de un 0,56 por ciento.
Para ello, Repsol ha tenido que ajustar cuentas con el Banco Santander. Entre abril y noviembre del año pasado, Brufau tuvo que desembolsar 96 millones de euros para hacer frente a los críéditos que le había otorgado la entidad financiera al Grupo Petersen para su entrada en YPF y en los que la petrolera había actuado como avalista.
Esta operación le ha supuesto importantes minusvalías a la petrolera, que tuvo que provisionar 54 millones y se prevíé que reciba los últimos títulos de la petrolera argentina el próximo mes de abril.
A partir de ese momento, Repsol podría vender su participación en YPF, una vez que además se haya despejado ya el camino para el cobro de la indemnización por la expropiación.
El Grupo había concedido al grupo Petersen dos príéstamos con la garantía de sendas prendas sobre acciones Clase D de YPF. El 30 de mayo de 2012, Repsol notificó al grupo Petersen el vencimiento anticipado de dichos contratos de príéstamo, justo despuíés de la expropiación y la suspensión del dividendo. El importe provisionado por dichos príéstamos, neto del valor de mercado de las acciones pignoradas, ascendió a 1.402 millones de euros.