Gas Natural Fenosa ha redoblado en el último año sus barreras de protección ante nuevos accionistas no deseados, aumentando significativamente el volumen de deuda sujeto a cláusulas de cambio de control.
Ocurre en un momento en el que sobre el grupo se cierne un cambio accionarial histórico. La gasista está controlada, a travíés de un pacto parasocial, por La Caixa, con un 34%, y Repsol, con un 30%. Este grupo, en el que La Caixa es además primer accionista, con el 12%, ha colgado el cartel de se vende sobre su 30%. Las cláusulas de cambio de control sobre la deuda son una sutil forma que tienen las empresas para blindarse ante incursiones accionariales hostiles u ofertas públicas de adquisición (opas) no deseadas. En general, esas cláusulas obligan a saldar de forma anticipada la deuda si existe un cambio de control que se considere lesivo para la compañía y, por extensión, para las entidades que facilitan esa financiación. Una selecta lista Según se desprende de los datos que deben presentar las empresas en sus informes de gobierno corporativo cada año, existe un reducido grupo de empresas con este tipo de cláusulas en el Ibex. Tal como se refleja en el apartado C.1.44 de esos informes, sólo Gas Natural, Iberdrola, Ferrovial, Amadeus y Viscofan cuantifican los contratos de príéstamo u otros de compraventa de activos y servicios afectados por esas cláusulas. En 2012, en esa selecta lista tambiíén aparecía Dia, con más de 1.200 millones de euros en críéditos. Este año la lista es más corta, pero el volumen de dinero afectado es mayor. Especialmente en Gas Natural, que en los últimos meses ha acelerado su proceso de cambio de estructura de financiación, dando más peso al mercado de capitales (bonos u otros títulos corporativos) y menos a los príéstamos bancarios. En 2012, Gas Natural decía que la mitad de su deuda estaba bajo ese tipo de cláusulas, lo que suponía unos 8.000 millones en ese momento. En 2013, sin embargo, la deuda con cláusulas ha subido exponencialmente. Según su último informe de gobierno corporativo, Gas Natural dice que «los bonos emitidos, en volumen aproximado 12.000 millones de euros, como es habitual en el euromercado, serían susceptibles de vencimiento anticipado siempre que ese cambio de control provocara una caída de tres escalones [Â…]» en el ráting financiero del grupo. Asimismo, Gas Natural menciona que existen «prestamos por un importe de aproximadamente 2.400 millones de euros que podrían ser objeto de reembolso anticipado en caso de cambio de control». No todo cambio de control provoca alergia a la gasista. Gas Natural recuerda que «en casi todas esas cláusulas se excluye el cambio de control si cualquiera de los accionistas actuales mantienen participaciones relevantes en la compañía conjuntamente con el tercero». Es decir, si un tercero entra de acuerdo con La Caixa, en paralelo a la salida de Repsol. La Caixa tiene la llave Este esquema no sólo refuerza el blindaje de Gas Natural, sino tambiíén el papel de La Caixa como la llave de entrada. Aunque La Caixa tambiíén podría vender una parte, la entidad se propone seguir siendo el primer accionista y no desea sorpresas desagradables en el proceso de reordenación del capital de la gasista, que sigue siendo su principal activo industrial.