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Autor Tema: Reforma Fiscal: una evaluación  (Leído 193 veces)

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Reforma Fiscal: una evaluación
« en: Marzo 20, 2014, 06:34:21 pm »
Por  Josíé Carlos Dí­ez.
Manuel Lagares fue mi profesor de hacienda pública en la Universidad de Alcalá. Su asignatura era el mayor ladrillo despuíés de econometrí­a. Sus clases eran agradables pero el examen al que el no asistí­a era un infierno. Habí­a que comprar unos apuntes manuscritos en reprografí­a con esquemas que resumí­an dos tomos de hacienda pública de Fuentes Quintana que eran otro ladrillo.

Su propuesta de reforma fiscal me ha recordado a sus apuntes. De hecho no es un propuesta de reforma, es una revisión completa de todas las figuras tributarias analizando problemas y propuestas de reforma en cada una de ellas. Esta es una opción pero si eliges otro equipo de fiscalistas habrí­a otras.

No es la primera vez que Lagares colabora con el PP. Ya fue el ideólogo de la reforma del IRPF de 1997 y ahora es el mismo que propone cambiarla. Por lo tanto, como dijo Groucho “estos son mis principios inquebrantables, sino le gustan dí­galo y le propongo otros” Aquella reforma fue determinante del caos de la burbuja inmobiliaria. Coincidió con la entrada en el euro y una bajada brutal de nuestros tipos de interíés reales. Para contener el boom de demanda y de inflación habrí­a sido necesaria una polí­tica fiscal contractiva. Pero el PP, igual que ahora, habí­a comprometido bajada de impuestos, lo único que sabe hacer en economí­a.

La herencia recibida en 1995 era una economí­a que crecí­a un 4%, que creaba 300.00 empleos anuales, con crecimientos de exportaciones del 10%, con equilibrio en la balanza exterior, sin apenas deuda externa, con crecimiento de ingresos fiscales del 7% y una presión fiscal del 38% del PIB, superior a la actual. El díéficit primario estaba próximo al equilibrio y la deuda pública era casi la mitad que la actual.

La bajada de impuestos fue meter queroseno en un incendio inflacionista que empeoró significativamente nuestra competitividad y acentuó los desequilibrios. En aquel momento todo el Tea Party mundial, incluyendo el español, afirmaba que en España se habí­a cumplido la regla de Laffer ya que bajadas de impuestos suponí­an aumentos de recaudación. Los pobres no entendí­an que la subida de recaudación era consecuencia de la burbuja y del mayor endeudamiento privado y externo de la historia de España y que ahora estamos pagando con una depresión.

Ahora el PIB nominal está estancado, hay deflación en la mayor parte de bienes de la cesta de la compra, la deuda externa es de 170% del PIB y la deuda neta amentó en 2013 hasta el 95%. La deuda pública está en el 100% y falta aún reflejar saneamiento bancario que está inacabado y el díéficit elíéctrico. El díéficit público real debe estar próximo al 8% del PIB viendo el aumento de la deuda pública el pasado año. El escaso empleo que se crea es precario y el 75% con autónomos.

Pero la obsesión de Rajoy vuelve a ser la misma, bajar el IRPF únicamente por compromiso electoral. El grupo de Lagares es consciente que no se pueden bajar los impuestos y para cumplir con los compromisos del partido han tenido que revisar todas las demás figuras para proponer neutralidad fiscal. Como dijo el Conde de Lampedusa “cambiemos todo para que no cambie nada”

El informe oficialista y que cumple fielmente el mandato polí­tico que les dio el gobierno parte de un diagnóstico erróneo. Se basan en las proyecciones fiscales del Plan de Estabilidad. Aún no hemos cerrado el presupuesto de 2013 pero Montoro deberí­a haberle dicho a Lagares que los ingresos han cerrado el año unos 10.000 mill por debajo de lo previsto. Por lo tanto, la neutralidad fiscal nos aleja de la senda de sostenibilidad de la deuda y de cumplir nuestros compromisos de reducción de díéficit público.

El Plan de Estabilidad tampoco incorpora deflación ni creación de empleo precario y subvencionado con reducción de cotizaciones a la seguridad social. Por lo tanto, la neutralidad fiscal nos aleja aún más de nuestro cumplimiento de díéficit. En España se cumplirá la máxima de que cuando un gobierno te dice que una reforma fiscal será neutral es que te va a subir los impuestos.

La reforma no para de hablar de crecimiento y empleo. Si los impuestos fueran el determinante del crecimiento los paí­ses pobres serí­an los más ricos y los ricos serí­amos pobres. El problema de España es de deuda y una reforma fiscal no lo puede resolver.

Lo que más me ha sorprendido es que en ningún momento el documento habla de los efectos de la reforma sobre la equidad. España es según el FMI el paí­s del mundo donde más ha aumentado la desigualdad durante la crisis. La polí­tica fiscal desde 2007 no ha evitado la pobreza pero si ha suavizado sus efectos. Ahora se plantean eliminar el impuesto de patrimonio a rentas altas, bajar tipos máximos del IRPF aunque seguirí­an por encima de los que se encontró Rajoy, subir el IVA reducido, subir el IBI y subir las cotizaciones sociales a los trabajadores. Por lo tanto, estarí­amos hablando de la reforma fiscal más regresiva de la historia de nuestra democracia. Una reforma que volverí­a a beneficiar al 1% más rico de la población y que acabarí­amos pagando la clase media y las rentas más bajas.

El documento tiene propuestas razonables como eliminar las desgravaciones del impuesto de sociedades o el sistema de módulos. Pero en su conjunto no resuelve su principal misión, reducir el díéficit y retornar nuestra deuda pública a una senda sostenible. Y si se implementa í­ntegramente tendrí­a efectos desastrosos sobre la desigualdad y la pobreza.

Hay que espera  que deciden hacer Rajoy y Montoro, pero las vibraciones siguen siendo malas. La reforma fiscal es de los pocos cartuchos que nos quedan para revertir la dinámica peligrosa de nuestra deuda ya que el resto están en Europa. Como dijo Rajoy “esperamos que Merkel tenga un Plan” Merkel tiene un 6% de paro en Alemania y no tiene ninguna intención de ayudar a los paí­ses perifíéricos.

Por eso las elecciones europeas son determinantes para nuestra querida España. Si Merkel, Rajoy y el PP europeo vuelven a ganar las elecciones europeas la historia de la deuda en Europa y en nuestra querida España no tendrá final feliz. Y luego no vale llorar. En democracia los votantes somos corresponsables del destino de los paí­ses. Como dice el proverbio “la primera vez que me engañes es culpa tuya pero la segunda vez será culpa mí­a”

Foro de bolsa, un saludo.


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