Las televisiones han encontrado en el arranque de año un enemigo inesperado… y poderoso. Con repercusión de sus actuaciones en las cuentas de resultados. Y es que la flamante Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) no parece dispuesta a mirar para otro lado con las infracciones en que incurran las cadenas, una práctica habitual cuando la responsabilidad recaía en el Ministerio de Industria. Al punto que, según aseguran fuentes del sector, el supervisor ha abierto en los últimos días expedientes a Mediaset –que afronta dos–, Atresmedia e Intereconomía por irregularidades relacionadas con la publicidad.
De los cuatro procesos, uno de los que tiene en marcha la editora de Telecinco es el más preocupante por la cuantía de la sanción a la que se enfrenta. El expediente, que afecta a programas deportivos de Cuatro y Energy, se incoa por emitir publicidad de dos marcas de automóviles sin respetar la clara separación que debe existir entre la emisión de anuncios y la propia programación. Según establece el artículo 14 de la Ley General de la Comunicación Audiovisual, “tanto los mensajes publicitarios en televisión como la televenta deben estar claramente diferenciados de los programas mediante mecanismos acústicos y ópticosâ€, entre otras restricciones.
Es más, el incumplimiento de esa condición para emitir publicidad está tipificado como una infracción grave, que puede ser sancionada “con multa de 100.001 hasta 500.000 euros para servicios de comunicación audiovisual televisivaâ€, según recoge en su artículo 60.2 la normativa que regula el sector audiovisual. No obstante y según precisan las citadas fuentes, los expedientes aún no se han cerrado y la CNMC todavía no ha fijado la cuantía de las multas. De hecho, las televisiones afectadas –Mediaset en este caso– se encuentran actualmente inmersas en el período de 15 días que la normativa contempla para que presenten las alegaciones que consideren oportunas.
Además de este procedimiento, Mediaset, Atresmedia e Intereconomía (NET TV) afrontan sendos expedientes por superar el límite de tiempo que puede dedicarse a emitir anuncios cada hora. Según reza la normativa en vigor, “los prestadores del servicio de comunicación audiovisual televisiva pueden ejercer este derecho [de comunicación comercial] mediante la emisión de 12 minutos de mensajes publicitarios por hora de relojâ€. En este caso, la infracción está considerada como leve y acarrea multa de hasta 100.000 euros, siempre y cuando el exceso de anuncios no supere en un 20% lo permitido. Si así fuera, sería considerada como grave y se incrementaría el montante.
Una vuelta de tuerca
En el año 2012, Industria cerró un total de 25 procesos sancionadores por importe de 3,3 millones, la mayor parte vinculados a mala praxis con la publicidad y con la inadecuada calificación de contenidos. Claro que la asunción de la tarea sancionadora por parte de la CNMC desde finales del pasado año inaugura un nuevo escenario. Para abrir boca, esta instancia cerró 2013 con sendas multas de 1,57 millones y 448.000 euros a Mediaset y Atresmedia, respectivamente, por vulnerar el horario infantil. La intención del organismo que preside Josíé María Marín Quemada es extremar la vigilancia sobre los contenidos audiovisuales y estima que las multas son un elemento imprescindible para meter en cintura al sector. Incluso ha creado una subdirección ad hoc.
La cuestión no es baladí para los afectados. Mediaset hacía mención a la presión sancionadora que afronta en su último informe de gobierno corporativo, incluso consignando un riesgo regulatorio por la “continuada inspección editorial por parte de la Secretaría de Estado para las Telecomunicaciones (Setsi) que ha originado desproporcionados expedientesâ€. Es más, la firma admite resignada que tiene muy poco margen de maniobra frente al supervisor. "Hay que tener en cuenta que el criterio de evaluación de emisión de los contenidos es totalmente subjetivo, y por tanto es difícil eliminar este riesgo por completo", subraya el documento.
Por si fuera poco y como adelantó El Confidencial, la CNMC ha decidido ampliar la vigencia de los pactos –sobre todo en el ámbito publicitario– alcanzados en su día por Mediaset con las autoridades de Competencia para cerrar la absorción de Cuatro. Una decisión que, de facto, supondrá mantener la vigilancia sobre la sociedad que gestiona Paolo Vasile, al tiempo que genera un precedente de cara a la integración Antena 3-laSexta. No en vano, el grupo de Josíé Manuel Lara tendrá que pasar por la misma reválida el año que viene. La antigua Comisión Nacional de Competencia (CNC) ya impuso a Telecinco una multa histórica de 15,6 millones de euros en febrero de 2013 por el incumplimiento de algunas de las condiciones pactadas para la adquisición de la cadena de Prisa.