EFE
NIZA.- La Unión Europea continúa dividida en dos bloques irreconciliables sobre la posibilidad de ampliar el catálogo de productos y servicios que se benefician de un tipo de IVA reducido, pero seguirá trabajando en la búsqueda de un acuerdo.
Los ministros de Economía de los Veintisiete (Ecofin), reunidos en sesión informal en la localidad francesa de Niza, han mantenido una discusión sobre la cuestión, en la que quedó claro que las posturas a favor, lideradas por Francia, y en contra, por Alemania, no se han modificado.
Fuentes comunitarias indicaron que el debate ha sido "como escuchar una grabación" de encuentros anteriores sobre el mismo asunto.
El tipo de IVA estándar en la UE oscila entre el 15% en Chipre y Luxemburgo y el 25% en Dinamarca, aunque la mayoría de países tienen tipos reducidos (hasta un mínimo del 5%) para una serie restringida de bienes y servicios.
A ello se une la existencia de numerosas derogaciones, para distintas categorías de productos y servicios, negociadas por cada país.
España, por ejemplo, aplica un tipo más bajo a los servicios de de albañilería y las peluquerías y tambiíén se le permite usarlo en otros sectores, como la construcción y los restaurantes.
Diferencias por países
En el conjunto de la UE, el catálogo de actividades con un gravamen más bajo del estándar es muy abultado, con distinciones en cada país.
Francia reclama desde hace años que se le permita aplicarlo a los servicios de restauración. La otra gran economía de la UE, Alemania, lo rechaza frontalmente, con el argumento de que no tiene sentido introducir tantas excepciones a un impuesto común.
La Comisión Europea presentó en julio una propuesta para permitir a los Estados miembros aplicar de manera permanente tipos reducidos a ciertos productos y servicios, incluidos los restaurantes y la construcción.
El comisario europeo de Fiscalidad, Laszlo Kovacs, ha recordado que la cuestión es "delicada" pero que, al menos, los países están de acuerdo en que cualquier modificación de la normativa actual debe garantizar que no se produce una distorsión de la competencia. Y que todos los Estados queden en igualdad de condiciones a la hora de optar por un tipo de IVA más bajo.
Como en todas las decisiones sobre fiscalidad, para cambiar la regulación del IVA es necesaria la unanimidad de los Veintisiete.
El vicepresidente segundo del Gobierno español, Pedro Solbes, ha aceptado la introducción de rebajas específicas, pero se ha mostrado contrario a un exceso de excepciones, para no modificar la naturaleza del impuesto.
A pesar de la persistencia del desacuerdo, el Ecofin ha pedido a la Comisión que acuda a su próxima reunión, prevista para el 7 de octubre en Luxemburgo, con un resumen de ventajas y desventajas de las distintas propuestas sobre la mesa y sus implicaciones presupuestarias.