La deuda pública española rondará el 100% del PIB a finales de este año, tras haberse triplicado en el transcurso de la crisis. Y, según los analistas de Barclays, no dejará de crecer hasta 2017 (106%), aunque a un ritmo mucho menor. Pero lo más llamativo del informe del servicio de estudios del banco británico, difundido este martes, es que anticipa que la deuda pública no bajará del 100%, al menos, hasta 2030.
En relación al PIB, la deuda se estabilizará a un nivel elevadoâ€, subrayan los economistas de la entidad. Eso, advierten, conlleva una mayor vulnerabilidad a “cambios bruscos en la percepción de los mercadosâ€. En suma, cualquier susto financiero puede retrasar aún más el drenaje de la deuda pública, lo que implicaría que la economía española soporte, durante más tiempo, costes financieros mayores. Y tambiíén, un esfuerzo adicional en los ajustes fiscales para volver a poner bajo control el endeudamiento de las Administraciones.
El estancamiento de la deuda pública en un nivel tan elevado (y lleno de riesgos) sería consecuencia de dos de las principales características que, en opinión de Barclays, imperarán en la zona euro en los próximos años, y singularmente, en los países perifíéricos: una tasa de crecimiento muy moderada, cercana al 1,5% anual, y una baja inflación, atenazada por la debilidad de la demanda interna y el desapalancamiento de las deudas privadas.
Ajuste fiscal más suave
Los analistas del banco británico dan por hecho que las Administraciones españolas podrán alcanzar el superávit público primario (excluido el gasto en intereses) que necesitan, equivalente al 2% del PIB, para estabilizar el nivel de deuda a partir de 2017, una previsión en la que han tenido en cuenta el riesgo de que las citas electorales de 2015 (municipales, autonómicas y generales) lleven a suavizar el ajuste fiscal previsto para este año.
El servicio de estudios de Barclays cree tambiíén que es posible hacer bajar la deuda pública en la próxima díécada, pero lo vincula a que el Gobierno ponga en marcha ya nuevas reformas (fiscales, laborales y en mercados de bienes y servicios) que amplíen la capacidad de crecimiento.