Deloitte audita a Deoleo y asesora a la vez a tres fondos que pujan por ella
Deloitte ha encontrado en Deoleo una magnífica fuente de ingresos. La compañía que preside en España Fernando Ruiz no sólo tiene un contrato para auditar las cuentas anuales del gigante del aceite, sino que además está asesorando al mismo tiempo a tres de los fondos de capital riesgo que pujan por hacerse con su control.
Según han confirmado fuentes próximas al proceso, la firma está trabajando, en concreto, para CVC Capital Partners, Carlyle y Rhí´ne Capital, la gestora en la que trabaja Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno Josíé María Aznar.
En este tipo de operaciones, suele ser habitual que una de las cuatro grandes firmas de auditoría -las denominadas big four- lleve a cabo al mismo tiempo labores de consultoría en un proceso de venta. Lo que no es tan normal, según las fuentes consultadas, es que se trabaje al mismo tiempo para varios de los interesados en una misma puja. Hay que tener en cuenta que en este proceso, Deloitte está trabajando para tres de los cinco interesados. Sólo PAI Partners y IQ Made in Italy Investment Company -el fondo creado por Italia y Qatar- no han contratado en este caso sus servicios.
Transparencia
Deloitte, que no ha ocultado a ninguno de los fondos para los que trabaja que lo está haciendo tambiíén para su competencia, ha establecido equipos diferenciados para llevar a cabo el asesoramiento, fijando lo que se conoce en el sector como murallas chinas. Se trata, en la práctica, de que el equipo que está asesorando a CVC no sepa, por ejemplo, las indicaciones que se están dando a Carlyle o a Rhí´ne Capital, y lo mismo en los demás casos.
Deoleo confirmó ayer a la CNMV que todas las ofertas vinculantes que ha recibido por una participación de control en la empresa son inferiores al cierre de la cotización el pasado martes, a 0,42 euros por título. Tras conocerse este hecho, la acción se desplomó sin embargo un 3,57%, hasta 0,41 euros.
Las ofertas eran en principio por la participación del 31,4% en la aceitera que venden Bankia, Caixabank, Kutxabank y BMN. No obstante, al superar el 30%, cualquiera de los posibles interesados en la compañía está obligado a lanzar una opa, por lo que todos los fondos comunicaron que su oferta es por el cien por cien. Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que dos de los grupos industriales que se habían interesado en un principio por la compañía, Cargill y Bunge, finalmente no han presentado oferta.
A la espera de la primera criba que haga JP Morgan, el banco de negocios que tiene el mandato de venta, lo que está claro es que el Gobierno no quiere bajo ningún concepto que la compañía, propietaria de las marcas Koipe, Carbonell, Bertolli y Carapalli, caiga en manos del Estado italiano. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, admitió ya en este sentido el pasado martes la posibilidad de que la Sepi pudiera acabar entrando en el capital. "El esfuerzo financiero que se pueda hacer por parte del Gobierno se valorará tras la presentación de las ofertas", aseguró.