Acaba de salir de un charco y ya está metida en otro. FCC, que la semana pasada consiguió sacar adelante la refinanciación de 4.500 de sus casi 5.000 millones de deuda, se enfrenta desde ya a otro proceso para alargar el vencimiento del pasivo de Cementos Portland Valderrivas. La filial de la constructora ha pedido oxígeno a la banca al incumplir las obligaciones respecto a una deuda de casi otros 1.000 millones de euros.
Según reconocen fuentes oficiales de FCC, Cementos Portland no cumplió a 31 de diciembre con determinados ratios financieros a los que se comprometió cuando una serie de entidades bancarias le reestructuraron su deuda a finales de julio de 2012, una situación que habría provocado una amortización anticipada de la deuda, salvo que la compañía aportase los fondos necesarios para subsanar la situación.
El dinero no ha sido desembolsado. Al contrario. Cementos Portland ha solicitado a la banca iniciar las conversaciones para modificar las condiciones de la deuda, petición que ha sido atendida por los principales prestamistas. Le han concedido –fue el pasado 30 de enero– lo que se conoce como un waiver, una prórroga que le permite no computar cualquier tipo de incumplimiento o impago.
Con este plácet, la filial cementera tiene hasta finales de 2014 para adecuar sus pagos a la generación de caja, que se ha visto muy erosionada por el hundimiento de la construcción nacional, especialmente de la obra pública. Una venia que está acompañada por otra que BBVA, Santander, Bankia y el resto de prestamistas le han otorgado a FCC, que debía haber inyectado 200 millones a Portland Valderrivas para recapitalizar una filial que lleva años en píérdidas.
Esta aportación estaba incluida en la refinanciación de 2012, cuando un grupo de 31 bancos le alargaron cuatro años el pago de .1114 millones de euros. Además, la cementera alcanzó un acuerdo con Blackstone para refinanciar la totalidad de la deuda bancaria de la sociedad Giant Cement Holding a travíés de la emisión de un bono de alto riesgo por 350 millones. "El conjunto de acuerdos logrados garantizan plenamente las condiciones de financiación de Valderrivas en un horizonte amplio para los próximos 4 años", explicó FCC en verano de hace dos años.
El acuerdo constaba de tres partes: la refinanciación independiente de la deuda de Giant, la refinanciación de la deuda bancaria restante y una ampliación de capital de 100 millones de euros que se acometería ese año y cuyo importe se destinaría a reducir el endeudamiento. Sólo se ha cumplido la primera de las cláusulas.
A la venta
Juan Bíéjar aseguró en aquel momento que “en menos de una semana, hemos cerrado dos aspectos fundamentales del plan de negocio que diseñamos para garantizar el futuro de la empresa: la refinanciación de la deuda y el acuerdo firmado con los sindicatos mayoritarios para adaptar la plantilla de las fábricas de cemento a la situación del mercadoâ€. Un pacto que suponía el despido de casi 600 trabajadores y el cierre de tres plantas.
A mediados del pasado año y ante el desplome de las ventas por la paralización de la obra pública, Bíéjar anunció otro ajuste adicional, con expedientes temporales de empleo, reducción de salarios y más cierres provisionales de fábricas. Portland Valderrivas acabó finalmente 2013 con unas píérdidas de 72 millones de euros, la mitad que en el ejercicio precedente. La cifra de negocios ascendió a 540,9 millones, un 17% menos, mientras que el ebitda se redujo un 25,7%, hasta los 50,4 millones. Este brusco descenso del beneficio operativo es lo que le ha llevado a incumplir sus obligaciones con la banca, que le ha perdonado la ejecución de la deuda.
Mientras renegocia las condiciones de sus príéstamos, FCC analiza una operación corporativa entre su cementera y otras compañías e inversores del sector para rebajar el pasivo y desconsolidarla de la matriz.