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El gasto de los japoneses, que representa el 60 por ciento del Producto Interno Bruto, padece a causa del aumento del impuesto al consumo, vigente desde el 1 de abril pasado, informó hoy el diario Nikkei.
Las ventas de los principales grandes almacenes del país y de los concesionarios de vehículos registraron marcadas píérdidas en días recientes.
El tráfico de clientes en droguerías y perfumerías tuvo disminuciones, al tiempo que los parques temáticos y los cines tambiíén registraron un descenso de visitantes, precisó la fuente.
Los supermercados mantuvieron un número de clientes similar aunque se redujo la venta de bebidas alcohólicas y productos no perecederos, que se dispararon los días previos al alza.
El impuesto al consumo subió desde el 1 de abril, del cinco al ocho por ciento, lo que constituye la primera alza en 17 años.
Con ese aumento, el ejecutivo nipón espera obtener en el año fiscal 2014 fondos adicionales por valor de unos 49 mil millones de dólares, difundió la cadena radiotelevisiva NHK.
Indicó, por otro lado, que se analiza la posibilidad de que el impuesto al consumo ascienda al 10 por ciento desde octubre del venidero año.
Al explicar la nueva medida, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, manifestó que antes de decidir si su gabinete proseguirá con las subidas impositivas hará un análisis del efecto de esa política entre julio y septiembre próximos.
Las ganancias del incremento se destinarán a políticas de bienestar colectivo como asistencia míédica y programas de pensiones, al tenerse en cuenta que Japón es un país con una de las tasas más elevadas de envejecimiento poblacional a escala mundial.
Desde su llegada al poder a finales de 2012, el ejecutivo de Abe implementó medidas con el fin de reactivar la economía, combatir la persistente deflación y la elevada deuda pública, las cuales, al decir de algunos expertos, no han logrado hasta el momento los resultados esperados.