El regulador abordará el jueves el nuevo informe de precios. El Ejecutivo está entre la espada y la pared. Con la crisis, necesita medidas electoralistas, como congelar tarifas, lo que hará insostenible el multimillonario díéficit elíéctrico.
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La políémica está servida de antemano. El consejo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), el órgano regulador del sector, tiene previsto abordar este jueves un nuevo informe sobre cómo deberían ser los precios elíéctricos en España para lograr parar la bola de nieve del denominado díéficit de tarifa. Este díéficit es el problema estructural que sufren las elíéctricas por vender la luz a precios por debajo de los costes del sistema en su conjunto. Este año se prevíé que acumule más de 13.000 millones de euros.
La propuesta del órgano regulador, presidido por Maite Costa, será la de incrementos significativos en los precios que pagan los usuarios. En concreto, propondrá subidas de entre el 3% y el 10% a partir de octubre, aplicables en el cuarto trimestre del año.
Escenarios
El regulador maneja distintos escenarios de precios porque en su análisis tíécnico tambiíén contempla distintas previsiones en cuanto al coste de las materias primas, como el petróleo, con el que funcionan algunas centrales elíéctricas, y por lo tanto, condicionan el coste de generación.
La bajada experimentada en los precios del crudo en las últimas semanas, tras la escalada sufrida antes del verano, y que llegó a colocar el precio de barril en 140 dólares, ha evitado que la recomendación sea mucho mayor.
En cualquier caso, el informe de la CNE volverá a colocar al Gobierno en una situación comprometida y echará más leña al fuego de la tensión que mantiene desde hace tiempo el regulador con el Ejecutivo, precisamente a cuenta de las tarifas elíéctricas.
La CNE ha venido reclamando tarifas más altas desde hace meses, para resolver el problema del díéficit de tarifa, una agujero que se va acumulando desde hace años y que se tiene que financiar vía críéditos bancarios, con sus respectivos intereses financieros. En una situación de falta de liquidez financiera como la actual, esos príéstamos son más difíciles de conseguir y más caros.
Por conveniencia política (cualquier subida de precios deteriora el apoyo electoral), el Gobierno no ha tenido hasta ahora la fuerza suficiente para asumir íntegramente las propuestas de subidas significativas en el recibo de la luz que ha venido proponiendo la CNE.
Este año, en el que ha habido elecciones generales de por medio, ha sido el mejor ejemplo. Durante este ejercicio, todavía sigue vigente el esquema mediante el cual, los precios elíéctricos para el usuario domíéstico se fijan a travíés del Boletín Oficial del Estado (BOE), con revisiones trimestrales.
A finales del pasado año, los informes tíécnicos de la CNE proponían subidas del 20%. Para el primer trimestre de este año, el Gobierno aceptó sólo una subida del 3,3%. Teniendo en cuenta que la inflación estaba por encima, en la práctica, los precios reales retrocedieron.
Para el segundo trimestre, el Gobierno directamente congeló los precios. Tras la presión de las elíéctricas, y ante un nuevo informe de la CNE alertando del agravamiento del díéficit de tarifa, el Gobierno aceptó subir los precios elíéctricos para el tercer trimestre de este año una media del 5,6%. Pero esta subida se quedaba muy lejos de la cifra de algo más del 11% que propuso la CNE para el tercer trimestre.
Cuando dio a conocer los nuevos precios a aplicar a partir de julio, el Ministerio de Industria explicó que “no habrá más revisiones de las tarifas este añoâ€. El problema es que dentro del Gobierno hay desacuerdo, que se puso en evidencia antes del verano. El 17 de junio, en Santander, David Vegara, secretario de Estado de Economía, dejó abierta la posibilidad de nuevas subidas de precios en el cuarto trimestre. Esa misma mañana, en Barcelona, Miguel Sebastián, ministro de Industria, lo negaba tajantemente.
Tras la disparidad de criterios subyace un problema de fondo. Para eliminar el díéficit se pueden subir tarifas, pero hay otras fórmulas. Por ejemplo, eliminar de los costes del sistema elíéctrico las primas (subvenciones) que se dan a las energías renovables (unos 2.700 millones este año). Además de reducirlas, Industria quiere cargar esas primas contra los presupuestos generales del Estado. Sería entonces el Ministerio de Economía el que tendría que hacer encaje de bolillos.
Fenosa-Gas Natural
Por otra parte, el consejo de administración de la CNE podría aprobar el jueves la adquisición de Unión Fenosa por Gas Natural.
Cuenta atrás para colocar 3.850 millones de deuda elíéctrica
La Comisión Nacional de Energía (CNE) se enfrenta al mayor reto financiero del sector elíéctrico: colocar una deuda de 3.850 millones de euros. Es la denominada subasta del díéficit de tarifa. Será la mayor subasta de las realizadas por la CNE hasta ahora. Con este mecanismo, se trata de dar una solución temporal al problema del díéficit. Los bancos dan dinero para cubrir ese díéficit y tapar el agujero que se les crea a las compañías elíéctricas.
Pero a cambio reciben unos intereses. El principal de los príéstamos y sus respectivos intereses se pagan a lo largo de quince años con recargos en los recibos de la luz. Es como una hipoteca, de ahí que unas tarifas elíéctricas bajas sean solo un espejismo. Con el tiempo, los usuarios terminan pagando lo que no han pagado, pero con intereses.
En junio, la CNE intentó colocar lo que ya entonces era un ríécord de 2.700 millones de deuda. Finalmente, sólo colocó 1.300 millones dadas las condiciones del mercado, azotado por una falta de liquidez y los crecientes tipos de interíés. Una situación que ahora se ha agrandado con la quiebra de Lehman Brothers. Como la bola de nieve del díéficit sigue creciendo, la subasta de ahora tiene que ser mayor. En los próximos días, las entidades interesadas tienen oportunidad de pedir más información.
Entre los días 25 y 30 de septiembre, los bancos podrán presentar ofertas. La adjudicación será el 30. La colocación de junio, aunque no llegó al máximo, se puede considerar un íéxito, dadas las condiciones del mercado, pero ahora el reto es mayor.
Los tipos de interíés han seguido subiendo. El euribor (índice que fijas las hipotecas y en el que se basa la subasta), está en máximos. Fuentes financieras aseguran que la CNE ha pedido ayuda a las grandes elíéctricas. Grupos como Endesa e Iberdrola se han volcado con la CNE y han movilizado a sus direcciones financieras para promover la subasta entre los bancos y atraerles a la puja.