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La compra de la refinería Pasadena, en Texas, Estados Unidos fue un mal negocio para Petrobras, afirmó la presidenta de esa empresa estatal brasileña, Graza Foster.
Al intervenir en una audiencia conjunta de las Comisiones de Asuntos Económicos (CAE), de Medio Ambiente, Defensa del Consumidor y de Fiscalización y Control del Senado, Foster destacó que desde el punto de vista contable no fue un buen negocio adquirir esa planta en 2006.
Puntualizó sin embargo que dicha compra fue aprobada por unanimidad por el consejo administrativo y tuvo como objetivo ampliar la refinación del petróleo en el extranjero.
La máxima representante de la más importante compañía de Brasil señaló que el visto bueno decidido por dicho consejo estuvo basado en un documento "tíécnico y jurídicamente viciado" porque omitió dos cláusulas que "si se hubieran conocido, sin duda no sería aprobado".
En el momento en que fue autorizada la operación de compra de la refinería, los antiguos dirigentes de Petrobras no mencionaron a los miembros de la junta administrativa dos disposiciones que elevaron al final el precio de dicha planta, recalcó.
Foster desestimó cualquier responsabilidad de la mandataria del país, Dilma Rousseff, quien presidía en ese año ese consejo, pues aclaró que dicho comitíé sólo sancionó la adquisición del 50 por ciento de Pasadena.
La otra parte fue obtenida posteriormente e incrementó el precio de la refinería hasta más de mil millones de dólares.
La presidenta de Petrobras aprovechó la ocasión para presentar datos e informes que corroboraron el crecimiento de la producción de esta empresa entre 2006 y 2013, mientras otras petroleras extranjeras disminuyeron sus volúmenes de extracción de crudo.
El lucro neto de Petrobras aumentó un uno por ciento entre 2012 y 2013, mientras transnacionales como la Shell registraron descensos de un 39 por ciento debido a una caída en la producción y el aumento de los costos, aseveró.
La deuda actual de la compañía brasileña suma 268 mil millones dólares, pero esa cifra comenzará a decrecer entre 2014 y 2018, indicó.
Finalmente, dijo que la Policía Federal investiga si ocurrieron anomalías en la adquisición de la refinería estadounidense.