Instituciones como las estadounidenses Bank of America Corp. y Wells Fargo & Co. el alemán Deutsche Bank AG y el español Banco Santander SA, ascienden a convertirse en las principales Bancas del sistema financiero Global que reformulara la prestaciones de servicios .
De los cinco mayores bancos de inversión independientes que existían hace dos años, sólo dos (Goldman Sachs Group Inc. y Morgan Stanley) siguen en pie.
Un sello característico del nuevo orden probablemente será un alejamiento de los grandes riesgos �un alto nivel de endeudamiento, valores complejos� que imperaron en los últimos años. Los bancos están "volviendo a lo básico, al principal propósito del sistema sin toda la parafernalia", dice Douglas Flint, director financiero de HSBC Holdings PLC y copresidente de un grupo de banqueros que elabora un marco para prevenir un riesgo bancario sistíémico. "Reconocen que cuando se calmen las aguas... la industria en su esencia será diferente".
El cambio refleja una reevaluación más amplia sobre cuál es la mejor forma de abordar el negocio central de los bancos, el cual tiene un papel principal en la economía al convertir el efectivo y los depósitos de los ahorradores en inversiones a largo plazo como hipotecas y príéstamos a empresas. La contracción del críédito ha desnudado las fallas de los esfuerzos de los bancos por trasladar gran parte de ese negocio desde sus balances a los mercados, donde los príéstamos son agrupados y vendidos a inversionistas y a una gran gama de fondos especializados. Las firmas de valores y los fondos de cobertura tuvieron un rol clave en el sistema bancario virtual. Ayudaron a los bancos a agrupar sus príéstamos e incluso asumieron parte del negocio de críéditos, pero con menos protecciones contra píérdidas y sin el respaldo estatal a los depósitos de los clientes.
El nuevo orden financiero tambiíén pone de relieve el duradero impacto de los esfuerzos de Wall Street hace casi una díécada para derogar la ley Glass-Steagall, que impedía que los bancos comerciales de EE.UU. incursionaran en la banca de inversión. La revocación en 1999 de dicha ley permitió que los bancos comerciales entraran al negocio de valores y pudieran competir contra firmas como Bear Stearns y Merrill. El modelo de banco universal que surgió resultó difícil de manejar. No obstante, los grandes bancos comerciales, como Bank of America, que son regulados y tienen que mantener grandes provisiones contra posibles píérdidas, hasta ahora han soportado mejor la crisis financiera que las firmas de valores.
La renovada importancia del negocio bancario tradicional es un fenómeno global. Deutsche Bank, que se había concentrado en fortalecer su negocio global de banca de inversión, acordó la semana pasada pagar cerca de US$4.200 millones para adquirir las 850 sucursales en Alemania y los 14,5 millones de clientes de Deutsche Postbank AG, el banco comercial del sistema postal del país. Santander, que tambiíén cortejó a Postbank, pagó US$2.230 millones por el banco hipotecario Alliance & Leicester, que refuerza su ya importante red de sucursales en Gran Bretaña. Antes de ser adquirida por Bank of America, Merrill había estado expandiendo su unidad de banca comercial.
Los depósitos han sido una de las escasas luces en medio de un panorama oscuro para las firmas financieras. Han crecido rápido aun cuando otras formas de financiación casi se han agotado. En EE.UU., por ejemplo, los ahorros y depósitos a plazo pequeños en bancos comerciales totalizaron US$6,9 billones (millones de millones) a fines de agosto, un alza de 7,6% con respecto al mismo mes del año previo, según la Reserva Federal.
El modelo bancario básico, sin embargo, no ha funcionado para todos. Los bancos pequeños en EE.UU. y Europa han sufrido, en parte porque no tienen la escala y la diversificación para absorber las grandes píérdidas generadas por las crecientes cesaciones de pagos en las hipotecas y los príéstamos corporativos.
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