La población censada en España sigue menguando. Los últimos datos del padrón de población a 1 de enero de 2014 reflejan que había inscritos 46,7 millones de personas, lo que representa una caída de 404.619 personas en 2013, tras el descenso de 136.000 registrado en 2012. Dos años consecutivos de retroceso con un signo muy diferente en la población nacional, que ha sumado 54.000 personas más, mientras que entre los extranjeros, la píérdida ha sido de 751.000 habitantes.
Solo en 2013 salieron del censo 546.000 no residentes como consecuencia de una coyuntura económica muy compleja, con una tasa de paro que supera el 26% y con falta de expectativas para un gran número de personas que trabajaron durante muchos años en sectores en declive como la construcción. Los datos del INE muestran que se han producido caídas en todas las nacionalidades, con la excepción de China, que suma 3.500 habitantes más. Los países que más han aportado a ese íéxodo han sido los británicos, con 87.000 menos, y los rumanos, con 74.000 menos. Ambos casos, sin embargo, tienen distintos orígenes: los británicos, en su gran mayoría, disfrutan de segunda residencia en España y suelen empadronarse para sus períodos de estancia, ligados a las vacaciones, mientras que la salida masiva de residentes rumanos obedecería a la falta de expectativas laborales.
La merma de población tambiíén ha sido especialmente intensiva en tres autonomías (Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid), que concentran el 52% de la píérdida. Especialmente reseñable es el caso de la región presidida por Alberto Fabra, de cuyos censos han salido 118.000 habitantes, el 29% del total.