La advertencia lanzada por Ignacio Sánchez Galán el pasado 19 de febrero, cuando afirmó con rotundidad que “en Iberdrola, en estos momentos, somos más británicos, estadounidenses y mexicanos que españolesâ€, empieza a tomar cuerpo. La compañía elíéctrica con sede en Bilbao ha puesto a la venta su negocio de distribución de energía en nuestro país, una operación que ha sido valorada en hasta 3.000 millones de euros.
Iberdrola no sólo ha congelado sus inversiones en España por el fuerte recorte al negocio de las renovables aprobado por el Gobierno, tal y como anunció primer directivo en la presentación de resultados de 2013. Más aún, ha decidido desprenderse de parte de su actividad en la Península Ibíérica al entender que existen otros activos y otras zonas geográficas en las que encuentra mayor seguridad jurídica y mejor rentabilidad para sus accionistas.
Según han confirmado fuentes próximas al grupo, Iberdrola está negociando la venta del 25% de su división de distribución, la sociedad que se encarga de llevar la energía que produce a los puntos finales de consumo. Esta filial tiene un beneficio bruto de explotación o ebitda que ronda los 1.450 millones de euros, por lo que la valoración asciende a cerca de 11.000 millones, según las estimaciones más conservadoras.
Como Iberdrola quiere enajenar una cuarta parte del capital de esta subsidiaria, la venta podría suponerle unos ingresos de 2.900 millones. No obstante, la tasación final dependerá de si finalmente coloca este negocio libre de la financiación intragrupo de la que goza actualmente o si el paquete lleva acompañado los pasivos, la deuda. En este último caso, la estimación de la compañía se reduciría a la mitad y los ingresos, en la misma proporción. La decisión todavía no está tomada.
Las negociaciones, iniciadas en febrero, momento en el que Iberdrola no quiso hacer ningún comentario a las preguntas de El Confidencial, las está canalizando Morgan Stanley. Su presidente, Luis Isasi, es uno de los banqueros más cercanos a la elíéctrica, cuyo principal accionista es el Estado de Qatar. La entidad estadounidense ha recibido el acercamiento de varios de los mayores fondos de infraestructuras del mundo, así como fondos de pensiones. Entre los interesados está Goldman Sachs.
Mucho interíés
La referencia que manejan Iberdrola y Morgan Stanley para saber cuánto pueden obtener por esta transacción es la venta de Fortum Corporation, la empresa distribuidora de la red de electricidad en Finlandia. Borealis Infrastructure, el brazo inversor de los empleados municipales de Ontario (Canadá), se hizo en diciembre con esta firma por unos 2.500 millones, al pagar 16,6 veces su ebitda. Fuentes del sector no creen que Iberdrola pueda conseguir este ratio por distintos condicionantes, pero sí al menos ocho veces.
En 2013, Iberdrola contaba en España con 10,9 millones de puntos de suministro gestionados, y la energía distribuida total alcanzó 91.656 GWh, con una reducción del 2,9% respecto al año anterior. La elíéctrica presidida por Sánchez Galán facturó 1.904,8 millones de euros por este negocio en el último ejercicio, con una mejora del 2,6%. El resultado operativo fue de 1.450,3 millones, con un crecimiento del 7,6%.
Inicialmente, Iberdrola no tiene incluida en su plan estratíégico 2014-2016 esta posible desinversión, que sería la primera que hace en España: todo un desafío al Gobierno de Mariano Rajoy, con el ministro de Industria, Josíé Manuel Soria, al frente. El político canario ha criticado en público y privado las decisiones estratíégicas de Galán. El presidente de la elíéctrica tuvo que mandar una carta a sus colegas del Ibex para evitar que se demonizara a su compañía por aquellas declaraciones "sacadas de contexto".
Hasta la fecha, la elíéctrica se ha quitado de encima activos con sede en Francia, Alemania, Polonia, Chile, Argelia y, más recientemente, en Portugal. Unas desinversiones que le han permitido mejorar su salud financiera y alejar la amenaza de las agencias de calificación de bajarle el rating.