La filial patrimonialista de Sacyr, Testa, se está preparando para su apertura a nuevos socios. La compañía especializada en la explotación de edificios de oficinas celebra junta de accionistas el próximo 2 de junio con un asunto de máxima relevancia en el orden del día: el consejo pide permiso para reducir capital por un importe máximo de 623,5 millones para pagar un dividendo de hasta 518 millones a sus accionistas. Sacyr cuenta con el 99,5% del capital.
Con la operación, el grupo de construcción, concesiones y servicios que preside Manuel Manrique haría caja. A continuación, Testa volvería a ampliar capital para dar entrada a nuevos socios. De producirse este movimiento, que tambiíén refuerza a la propia Testa, lo previsible es que Sacyr subiera por encima del 50% del capital para mantener el control de la que califica como "joya de la corona" entre sus activos por la recurrencia de sus ingresos y ebitda.
La decisión de abrir la puerta de Testa a nuevos socios está tomada y era previsible como una de las vías para reforzar a Sacyr. Lo que resta por dirimir es en quíé medida se entregan acciones a nuevos partícipes.
La semana pasada el consejo de administración de Sacyr ya autorizó una emisión de bonos convertibles en acciones de nueva emisión o canjeables por títulos ya existentes por importe de 250 millones ampliable a 300. La operación se dirigió a inversores cualificados y sirve para respaldar la expansión internacional en concesiones y en construcción industrial. Además, la compañía anunció una ampliación de capital acelerada de hasta el 7,8%, que dotó a la sociedad de 166 millones en fondos propios.