Las últimas sanciones impuestas por la Agencia Tributaria contra algunas multinacionales revelan la dimensión de uno de los agujeros por donde se escapa la recaudación del impuesto de sociedades. Las multinacionales trataron de deducirse de la base imponible hasta 1.700 millones de euros en gastos financieros supuestamente ficticios en 2012, lo que habría rebajado mucho sus impuestos. En los últimos dos años, Hacienda ha estrechado el cerco sobre estas prácticas fraudulentas.
Una de las investigadas es el líder mundial del aluminio, Alcoa, al que Hacienda le reclama 242 millones de euros al considerar que la compañía se benefició indebidamente de una deducción por gastos financieros entre 2003 y 2005, según admite la multinacional en sus cuentas anuales de 2013. La compañía asegura que ha actuado correctamente y defiende su actuación pero el fisco le sigue investigando.
El caso de Alcoa es muy parecido al del grupo cementero de capital mexicano Cemex que se enfrenta a una multa de 455 millones de euros —la sanción más elevada en la historia de la Agencia Tributaria—, por anotarse, supuestamente de forma irregular, gastos financieros para reducir la base imponible del impuesto y rebajar su factura fiscal. Esta práctica le ha permitido acumular críéditos fiscales multimillonarios. La empresa manifiesta que recurrirá ante los tribunales y defiende la legalidad de su actuación.
El de Cemex y Alcoa son solo dos ejemplos del resultado de las inspecciones de Hacienda contra esta práctica empresarial que se popularizó entre 2004 y 2008 cuando se estableció la deducción por gastos financieros. A partir de ese año, la sequía del críédito y la caída de los beneficios dificultó esta práctica.
La Agencia Tributaria informó hace unos meses por primera vez sobre el resultado de su lucha contra estas prácticas. En 2012, último dato disponible, el fisco impidió que las multinacionales se dedujeran 1.700 millones por gastos financieros indebidos. “Las actuaciones de regularización de la deducción indebida de gastos financieros en operaciones intragupo, que han supuesto incrementos de las bases imponibles declaradas de más de 1.700 millonesâ€. Y añade: “En 2012 destacan las actuaciones de control sobre precios de transferencia en operaciones realizadas por multinacionales y grandes empresas con la finalidad de reducir o eliminar bases imponibles que deben tributar en España de las que han resultado ajustes en la base imponible superiores a 472 millones de eurosâ€.
Este fenómeno de fingir operaciones financieras entre una matriz y una filial para deducirse los gastos financieros se conoce entre los expertos del sector como subcapitalización. “Esto se produce cuando un grupo tiene una filial y en lugar de dotarla de capital le presta dinero para que no gane dinero. Todo el dinero que gana se gasta en pagar el gasto financiero a la matriz. De esta forma, te llevas el dinero sin pagar el impuesto de sociedades en la filial porque allí no ganas dineroâ€, explica Francisco de la Torre, inspector de Hacienda y autor del libro ¿Hacienda somos todos?, donde dedica un capítulo a explicar este tipo de prácticas.
Uno de los ejemplos más típicos consiste en que la filial española de una multinacional extranjera paga los dividendos del grupo, para ello pide prestado dinero al grupo. Los gastos financieros de ese príéstamo intragrupo reducen la base imponible y con frecuencia generan un críédito fiscal que permite limitar al máximo el pago del impuesto. Además, “las empresas españolas adquirían normalmente las demás filiales del grupoâ€, señala De la Torre en su libro y añade: “Parecíamos muy importantes y en realidad íéramos muy tontosâ€.
La Agencia Tributaria investiga al Grupo Bupa Sanitas por un asunto similar. Le acusa de defraudar supuestamente 28,07 millones de euros porque considera que la sociedad que gestiona servicios sanitarios y hospitales privados en España simuló una operación con empresas del grupo para evitar pagar 14,6 millones en 2007 y 4,4 millones al año entre 2008 y 2010.
Esta práctica de inflar ficticiamente los gastos financieros a travíés de empresas del grupo se convirtió en uno de los grandes boquetes por donde se escapaba la recaudación del impuesto de sociedades. El Gobierno de Mariano Rajoy decidió limitar esta deducción a mediados de 2012, despuíés de que la Organización de Inspectores de Hacienda reclamaran en repetidas ocasiones que se controlase. La medida permitió aumentar la recaudación en 3.650 millones entre 2013 y 2014, según el Plan Nacional de Reformas remitido por el Ejecutivo a Bruselas.
