El Madrid pasó de las cuentas de la lechera. Ni se preocupó de hacerlas. Se dejó empatar en Zorrilla y se olvidó de la Liga, que le permite al Barcelona una oportunidad con la que no contaba hace unos días. Los culíés serán campeones si ganan en Elche y pueden con el Atlíético en la final que se jugará una semana antes que la de Lisboa. Precisamente, el Madrid sólo tenía la cabeza en ese 24 de mayo. Se adelantó y así le fue.