Una amiga de las detenidas y Policía Local entrega el arma del crimen.
La pistola con la que fue abatida la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, fue entregada anoche a la Policía por una amiga de las dos presuntas asesinas, María Montserrat González, de 55 años, y su hija, Montserrat Triana, de 35 años, que a su vez fue entregada dentro de un bolso por una de las sospechosas.
La mujer que entregó anoche en comisaría el arma es una agente de la policía municipal, según han informado a Efe fuentes policiales.
Investigan ahora si esta conocida participó en los hechos o no, ya que a la Policía no le cuadra que entregara el arma del crimen más de 24 horas despuíés de que madre e hija fueran detenidas.
Según la declaración de esta tercera implicada, el arma se la entregó la hija durante su huida. Montserrat Triana habría recibido el arma de manos de su madre, tras supuestamente haber cometido el crimen.
La tercera implicada ha asegurado ante la policía que no sabía lo que contenía el bolso que la entregaron donde se encontraban el arma con la que supuestamente María Montserrat González ejecutó a la presidenta.
Las pruebas de la parafina señalan a la esposa del inspector jefe de Policía de Astorga como la presunta autora de los cuatro disparos que mataron a Isabel Carrasco, según informaron a EL MUNDO fuentes de la investigación. Estos análisis fueron ordenados por la juez del Juzgado de Instrucción número 4, que se encarga de la investigación del crimen, y permiten detectar la presencia de nitratos y nitritos en la mano de la persona que realmente disparó el arma de fuego.
El «informe provisional» de la autopsia, revelado ayer por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, señala que «la causa de la muerte es un shock hipovolíémico y destrucción de centros nerviosos superiores, provocado por una agresión de arma de fuego». En el mismo escrito, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León informa de que la juez ha decretado el secreto de sumario, «para no entorpecer la investigación que se está llevando a cabo».
Este diario ha podido conocer que un solo tiro acabó con la vida de Isabel Carrasco. El disparo en la nuca, que presentaba un orificio de entrada y otro de salida, mató a la presidenta de la Diputación, quien fue rematada ya en el suelo con otros tres tiros, dos en la espalda y uno más en el cuello.
Esta madrugada, madre e hija seguían manteniendo que no tenían nada que ver con el asesinato a tiros de Isabel Carrasco y se negaban a declarar. La presunta autora de los cuatro disparos llegó a decir: «No síé quíé hago aún aquí», en un momento del interrogatorio policial, justo poco despuíés de ser detenida.
Por otro lado, hasta tres testigos las señalan en el lugar del crimen, la pasarela que une el paseo de Condesa, donde residía Carrasco, y el paseo de Salamanca, lugar de la sede del PP de León y hacia donde se dirigía la presidenta de los populares leoneses.
Al policía jubilado, que persiguió a las detenidas hasta el Mercedes en el que pretendían huir y ayudó a su detención, se suman dos testigos más, dos personas jubiladas, según la investigación, que habrían declarado haber visto a María Montserrat González Fernández y a su hija en la pasarela que cruza el río.
La investigación mantiene como móvil del crimen la venganza de María Montserrat González contra Isabel Carrasco por no recolocara su hija en la Diputación. Montserrat Triana Martínez entró a trabajar con un contrato de obra en la Institución provincial en enero de 2007 como ingeniera de Telecomunicaciones y ahí se mantuvo hasta que, en marzo de 2011, tuvo que abandonar la plaza porque no ganó el concurso-oposición, que fue a parar a un opositor de Valladolid, quien solicitó la excedencia.
Pese a todo, la plaza no se cubrió con un interino, que es lo que pretendían madre e hija y por lo que presionaban desde hace años a los cargos comarcales del PP, para que pidieran a Isabel Carrasco que la recolocara en la Diputación.