Por... LORI HINNANT
PARIS -- El gobierno francíés está ampliando su autoridad para intervenir cuando empresas extranjeras quieran adquirir compañías que el estado considera vitales, incluidos los sectores de transporte, salud y comunicaciones.
La orden anunciada el jueves entra en efecto de inmediato, otorgando potencialmente al gobierno socialista más poderes en momentos en que General Electric está ofreciendo 17.000 millones de dólares por la división de energía del conglomerado francíés Alstom, la cual fabrica turbinas para plantas de generación de electricidad y los trenes de alta velocidad TGV. Alstom fue rescatada por el gobierno de su crisis financiera en 2005 y ha tenido problemas en años recientes.
El gobierno bloqueó el año pasado la venta del portal de internet de difusión de videos Daily Motion a Yahoo y está presionando a GE para que haga una mejor oferta.
"Es el fin del laissez-faire", dijo el ministro de Economía Arnaud Montebourg al diario Le Monde.
Previamente, el gobierno se limitaba a intervenir únicamente en sectores relacionados directamente con la defensa y la seguridad, conforme a lo estipulado en regulaciones de la Unión Europea. Michel Barnier, comisionado de la UE a cargo del mercado interno, dijo que la orden francesa sería estudiada.
"Buena protección no significa proteccionismo, sino inversión", dijo Barnier.
En un comunicado emitido el jueves, Montebourg dijo que la capacidad del gobierno para vetar la inversión extranjera sería aplicada "de manera selectiva y proporcional, tomando en consideración cada situación".
La orden, firmada el miíércoles por el primer ministro, se ciñe a una larga tradición de interferencia del Estado francíés en la vida empresaria con el argumento de proteger la seguridad nacional y conservar en el país empleos y compañías. Pero el gobierno ha dicho reiteradamente que da la bienvenida a la inversión extranjera, entre otras medidas que espera darán impulso a una economía que reportó el jueves cero crecimiento desde enero.