El Banco de Japón (BoJ) ha decidido mantener sus tipos de interíés invariables en el 0,10%, así como dejar intacto su programa de estímulos destinado a terminar con el ciclo deflacionario que ha afectado al país asiático en los últimos 15 años.
Tras su reunión mensual de dos días, los nueve miembros del consejo de política monetaria han aprobado por unanimidad mantener el plan de compra masiva de deuda pública y activos de riesgo iniciado en abril de 2013 para lograr que la inflación interanual se sitúe en torno al 2% en 2015.
En cuanto al estado de la economía japonesa, el BoJ prevíé que "continúe en la tendencia de la recuperación moderada, pese a que se verá afectada por la consecuente caída de la demanda" que ha tenido lugar tras la subida del impuesto sobre el consumo (del 5 al 8 %) que tuvo lugar el 1 de abril.
No ha habido así ninguna sorpresa en el seno del banco central pues el consenso daba por hecho que la autoridad que preside Kuroda mantendría invariable su política monetaria.