Publicado el 18/09/2008, por Gemma Martínez. Nueva York.
El proyecto, diseñado por el secretario del Tesoro (Henry Paulson) y el presidente de la Fed (Ben Bernake), contempla la compra por parte del Gobierno de los activos de baja calidad de los bancos estadounidenses, principalmente los vinculados a hipotecas. La iniciativa, cuyo presupuesto se desconoce todavía, se terminará de perfilar este fin de semana.
El Gobierno de Estados Unidos asumirá los desechos del sector financiero. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, preparan un macroplan para salvar a los bancos del país y para estabilizar los mercados financieros con la compra de los activos deteriorados que están en los balances de los bancos, principalmente títulos de deuda respaldados por hipotecas de alto riesgo. Este instrumento financiero fue el que originó el estadillo de las crisis del críédito en verano del año pasado.
Paulson y Bernanke presentaron ayer esta iniciativa a un grupo de congresistas, demócratas y republicanos, que otorgaron su respaldo a la Administración de Bush. Ahora será el Ejecutivo, el que, durante este fin de semana, ultime los detalles para presentarlos ante el Congreso para su votación. La iniciativa obliga a realizar cambios legislativos, pero todos los congresistas mostraron su confianza en que pueda ser aprobada con la máxima celeridad. Nancy Pelosi, presidenta de la Casa de Representantes y destacado cargo del partido demócrata, reclamó la unidad de los políticos y se mostró "ansiosa" de conocer el proyecto definitivo para su aprobación.
Paulson aseguró ayer en una rueda de prensa posterior a la reunión que "estamos intentado combatir los riesgos sistíémicos que afectan a los mercados con una solución expeditiva para llegar al centro del problema, los activos ilíquidos que existen en los balances de las entidades, vinculados al sector inmobiliario".
Para materializar este plan, cuyo presupuesto final desconoce, la Administració podría optar por crear una agencia gubernamental o un fondo público, que se encargaría de adquirir estos activos. Según Bloomberg, el Gobierno baraja crear una agencia o un fondo público con 800.000 millones de dólares, que compraría estos títulos de renta fija deteriorados (generalmente conocidos como activos de nivel 3). Además, podría inyectar otros 400.000 millones, a travíés del organismo regulador Fdic, para estabilizar los fondos de dinero.
EEUU ya ha adoptado una decisión similar en dos ocasiones, aunque con distinta estructura. La primera vez fue en 1932, cuando el Gobierno de Hervert Hoover constituyó la Reconstruction Finance Corporation, una entidad que prestó dinero a los bancos y a otros negocios para combatir los efectos de la Gran Depresión.
La segunda ocasión fue en 1989, cuando el Gobierno creó la agencia federal Resolution Trust Corporation, que liquidó activos deteriorados que previamente había comprado a los saving and loans, entidades locales de ahorro que sufrieron problemas de solvencia debido a que asumieron riesgos excesivos. Esta institución es la más similar a la que está barajando el Gobierno de Bush.
El Ejecutivo de Bush toma una decisión de este calado cuando está a punto de dejar la Casa Blanca. Las elecciones presidenciales se celebrarán el próximo 4 de noviembre y el Gobierno de Bush estará todavía al frente del país hasta el 20 de enero. Despuíés será sustituido por el vencedor de las elecciones, el republicano John McCain o el demócrata Barack Obama. La opinión de los dos candidatos tambiíén puede ser clave para el desarrollo del plan de Paulson. McCain, contrario a la intervención del Gobierno en la economía, ya ha respaldado la entrada de la Reserva Federal en el capital de la aseguradora AIG y la intervención de las hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae. Ayer, además, reclamó el despido de Christopher Cox, presidente de la SEC (CNMV de EEUU). Obama, por su parte, ha evitado otorgar el respaldo expreso a las medidas de Bush pero ha admitido que eran las únicas opciones. El Congreso, por su parte, debería alargar la legislatura más allá de la última sesión prevista, para poder aprobar el proyecto, una opción a la que ayer se mostró abierta Pelosi.
El macroplan, del que primero informó ayer un senador demócrata (Charles Schumer), se presentó el mismo día que George Bush se dirigió a la nación para transmitir tranquilidad, despuíés de cancelar un viaje que tenía previsto realizar en el día a Florida y Alabama. Bush, en un discurso televisivo de dos minutos retransmitido en directo por todas las cadenas de televisión, admitió que la coyuntura de los mercados es preocupante y avanzó que el Gobierno “continuará actuando para garantizar la estabilidad de los mercadosâ€.
El plan de Bush, en palabras del senador Schumer, se conoció menos de una hora antes de Wall Street y provocaron que el Dow Jones subiera un 3,86%.