Testa, la sociedad patrimonialista del grupo Sacyr, llevará a cabo una ampliación de capital para ampliar la base de cotización en bolsa y financiar su desarrollo en el sector inmobiliario. La oferta pública de suscripción (OPS) se elevará a 500 millones de euros en acciones colocadas en el mercado a travíés de JP Morgan y Morgan Stanley como bancos directores de la operación. Garrigues será el representante legal y asesor jurídico de la empresa emisora.
Tras la venta y liquidación del negocio de promoción de Vallehermoso, pactada a finales del pasado año con los bancos acreedores, Sacyr quiere volver a intentarlo en el sector del ladrillo de la mano de Testa, su otra filial dedicada a la inversión inmobiliaria. La puesta en valor de la compañía patrimonialista se efectuará aprovechando las ventajas fiscales de las cíélebres socimis, que en los últimos meses vienen haciendo cola ante la CNMV en busca de una autorización para cotizar en bolsa.
La OPS de Testa no puede considerarse propiamente como un debut en el parquíé desde el momento en que las acciones de la compañía están sometidas de antiguo a contratación oficial en los mercados de valores. Sin embargo, el free-float es meramente simbólico a efectos prácticos por cuanto que Sacyr controla el 99,5% del capital. Testa es una ‘bella durmiente’ en bolsa que la constructora presidida por Manuel Manrique quiere despertar al toque de corneta de las nuevas expectativas del mercado inmobiliario.
La compañía dispone de una superficie alquilable de casi 1,4 millones de metros cuadrados y cuenta con una tasa de ocupación sobre rentas nada despreciable del orden de casi el 98%. El año pasado registró una facturación de 220 millones de euros de los que 215 corresponden a alquileres del patrimonio en explotación. El resultado operativo antes de impuestos o ebitda fue de 217 millones, prácticamente igual que el volumen de negocio, dadas las desinversiones de activos realizadas para mejorar su posición de balance.
Inyección financiera para Sacyr
La cartera de Testa está compuesta principalmente por edificios de oficinas que albergan sedes corporativas situadas en zonas prime en Madrid y Barcelona. Entre sus más ilustres inquilinos figuran empresas como Endesa, Indra, L’Oreal, PwC o Uría & Meníéndez, aparte de instituciones como el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid. La compañía tiene además en propiedad hoteles, centros comerciales y logísticos, residencias para la tercera edad y viviendas en alquiler.
La ampliación será propuesta en la junta general que la sociedad ha convocado para el próximo día 2 de junio dentro de una operación acordeón que contempla la reducción de capital por valor de 625 millones, con el fin de devolver aportaciones a los antiguos accionistas. Tambiíén está previsto el reparto de un dividendo de casi 520 millones. Toda esta retribución supone una importante inyección de recursos para Sacyr con vistas a la refinanciación de la deuda pendiente, que está concentrada en el críédito de 2.400 millones vinculado al 9,4% de Repsol.
Las últimas valoraciones efectuadas sobre Testa superan la cifra de 1.500 millones de euros, de manera que la emisión de nuevas acciones por valor de 500 millones garantiza todavía el mantenimiento de una fuerte posición mayoritaria bajo control de Sacyr. La constructora pasará a disponer en torno a un 75% del capital de su filial inmobiliaria que comparecerá en bolsa con un accionariado diversificado y una posición de liquidez hasta ahora inexistente.