Desde hace una semana Portugal vive pendiente de la “grave situación financiera†que atraviesa el grupo Espírito Santo International (ESI). La auditoría encargada por el Banco Central de Portugal a KPMG desveló unas “irregularidades†en las cuentas del conglomerado, que ahora la prensa lusa ha empezado a detallar.
El semanario Expresso afirma que ESI ocultó 1.200 millones de euros de deuda en las cuentas de 2013. Obligados a reescribir sus cuentas, Espírito Santo International reconoció finalmente que su pasivo total era de 2.500 millones. Malas noticias que se suman a las que se conocieron a finales de año, cuando se desveló que el grupo estaba muy apalancado y dependía en gran medida de la venta de deuda a un fondo de inversión en manos del holding Espírito Santo Financial Group, que a su vez la colocaba entre sus clientes.
La envergadura de los problemas ha obligado a uno de los capos del grupo a dar la cara. Ricardo Salgado, presidente del Banco Espírito Santo, presume de dedicación y reconoce en una entrevista al Jornal de Negócios las graves negligencias. “Mi vida es el banco, no ESI. Allí paso todo el día, desde las ocho y media de la mañana hasta las diez de la noche. En mi trabajo cometo errores, todos los cometemos, pero nosotros no tenemos nada que ver en esto. Las irregularidades detectadas en ESI no tienen vínculo con BES. Además, el responsable ya ha dimitidoâ€, apunta el consejero delegado.
El dedo acusador de Salgado señala a Francisco Machado da Cruz, contable, y la única persona que ha cargado con el pufo, desatando una oleada de incredulidad en los medios portugueses, que miran más alto a la hora de buscar culpables. Por si la cabeza del contable no fuera suficiente, Salgado insiste: “Negligencia, sí; pero dolo, no. Las auditorías no encontraron desvío de fondosâ€.
Moody’s no quita ojo a BES
Moody’s concedió el lunes un respiro al sector bancario portuguíés. Despuíés de mejorar este mismo mes la nota del país luso por primera vez desde 2010 (la deuda soberana pasó al segundo nivel basura, “Ba2â€), la agencia estadounidense optó por no variar la calificación de los principales bancos del país.
Sin más disgustos, pero todavía estancados en un escalón inferior al grado de inversión (“Ba3â€), Moody’s es especialmente cauta con Banco Espírito Santo. Si bien es cierto que la entidad no es responsable de las dificultades que vive su matriz, el banco “puede afrontar un daño reputacionalâ€.
La ampliación de capital, un respiro
A la espera de nuevos acontecimientos, Banco Espírito Santo ha tomado aire gracias a la fuerte demanda que está teniendo su ampliación de capital, que ha disparado sus acciones un espectacular 7,4%. Esta subida se suma a la del lunes, cuando los títulos de BES ya repuntaron casi un 3% en el parquíé, todo ello en un mes de mayo en el que se ha dejado un 18% de su valor en bolsa.
Con la ampliación de capital, la entidad pretende “crear reservas adicionales de capital" para hacer frente a las pruebas de estríés del Banco Central Europeo a los principales bancos del continente, que se realizarán entre julio y agosto.