Las obras del Canal de Panamá siguen su curso tras superar muchos obstáculos, pero con nuevos jefes de obra. Sacyr e Salini Impregilo han decidido relevar al director general y al responsable máximo de la construcción de la tercera esclusa que unirá los ocíéanos Atlántico y el Pacífico. La decisión se justifica “por el cansancio y el estríés†al que han estado sometidos tras el conflicto con las autoridades locales por los sobrecostes y las huelgas de los trabajadores.
Según han confirmado fuentes oficiales de ambas compañías, Sacyr ha nombrado a Josíé Peláez como responsable máximo del proyecto para llevar a cabo el tramo final de la construcción. Peláez reemplaza a Bernardo González, que se había encargado de dirigir los trabajos durante los tres últimos años en un entorno muy complicado por los numerosos paros de los trabajadores, los problemas con las materias primas y las posteriores reclamaciones a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Desde Sacyr consideran que Peláez es la persona adecuada para liderar la fase final de la ampliación del Canal, que está completada en cerca de un 75%. El nuevo jefe de la obra se había encargado del desarrollo de lo que se conoce como el lado Atlántico, por lo que conoce perfectamente la situación de los trabajos. Ahora se hará cargo de ambos tramos y de la coordinación general. Antes de ir a Panamá en 2011, Peláez había dirigido obras de Sacyr en Costa Rica y Chile.
Por su parte, Salini Impregilo, el socio de la compañía española en Grupo Unidos por el Canal (GUPC), tambiíén ha reemplazado al su responsable en el país centroamericano. La sociedad ha sustituido a Paolo Moder, jefe de operaciones internacionales, por Giuseppe Quarta, que hasta la fecha estaba destinado en Brasil. Ambos grupos tienen un 48% del capital de GUPC, del que la belga Jan de Nul ostenta un 3% y la panameña Cusa, un 1%. La compañía del Benelux tambiíén ha sustituido a su directivo.
Otras fuentes indican que, además de los nombramientos, ha habido cambios en las responsabilidades de la obra. Estas fuentes indican que es ahora Salini Impregilo la que dirige el proyecto en lugar de Sacyr, hasta el momento director de la construcción de la tercera esclusa del Canal por 3.118 millones de dólares (2.300 millones de euros). Desde la compañía española niegan este aspecto y aseguran que el equilibrio de fuerzas entre los accionistas es el mismo.
Ambos socios se han comprometido a acabar la ampliación del Canal de Panamá a finales de 2015 –con cerca de año y medio de retraso sobre el calendario inicial– tras el acuerdo alcanzado con las autoridades locales a mediados de marzo, una firma que acabó con tres meses de conflicto y la paralización de la actividad. Para reiniciar la construcción, GUPC y la ACP acordaron inyectar 100 millones de dólares (unos 73 millones de euros) cada uno, al tiempo que pactaron demorar hasta 2018 la devolución por parte del consorcio de los adelantos concedidos por el Canal por importe de 780 millones de dólares (574 millones de euros).
Asimismo, el derecho a cobrar los 1.600 millones de dólares (1.200 millones de euros) de sobrecostes reclamados se dirimirá en los tribunales de arbitraje pertinentes. Una batalla jurídica vital para Sacyr e Impregilo porque ganar o perder las demandas supondría obtener una rentabilidad mínima o registrar fuertes píérdidas que afectarían a la salud financiera de las dos.
Hasta el momento, los números rojos reconocidos de GUPC superan los 700 millones de euros, según las cuentas oficiales, minusvalías que ya han obligado a Sacyr a ampliar capital en ceca de 500 millones de euros para reestablecer su situación patrimonial.
