Por... Yasiel Cancio Vilar
La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) reunió aquí a un grupo de periodistas y exhibió, como remedio santo, las prestaciones de la tecnología para detectar los goles fantasma sobre la línea de meta en el Mundial de Brasil.
La prueba, realizada sobre la grama del majestuoso estadio Maracaná, en esta ciudad, demostró la exactitud del poderoso sistema tecnológico de procesamiento de imágenes GoalControl-4D, compuesto por 14 cámaras de alta velocidad (siete enfocadas hacia cada portería).
Ante la sorpresa de todos, si el balón superaba la línea de gol entonces la unidad de procesamiento central del dispositivo enviaba automáticamente, en menos de un segundo, una señal de radio al reloj del árbitro, quien, de inmediato, debía validar el tanto.
La tecnología de la línea de gol será una ayuda muy grande para evitar errores, admitió ante la prensa Massimo Busacca, director de arbitraje de la FIFA.
Tras superar pruebas de todo tipo y mostrar efectividades casi perfectas, GoalControl-4D fue instalado y quedó listo para ser utilizado en los 12 estadios que acogerán la Copa del Mundo, prevista del 12 de junio al 13 de julio.
Aunque hombres importantes como el francíés Michel Platini aún son escíépticos en estos temas, la tecnología sin duda ayudará a evitar errores arbitrales de grandes magnitudes, porque, señoras y señores, no es lo mismo una tarjeta amarilla que un gol fantasma.
Ahora aparecerán los hipercríticos de FIFA, quienes preguntarán porquíé no aplicar los adelantos de la ciencia para decretar los fuera de juego, las faltas intencionales, o incluso la legitimidad de los penales, aunque por suerte el fútbol es mucho más grande.
Posiblemente, el gol ilegal más trascendente de la historia del fútbol y las copas mundiales ocurrió en Inglaterra-1966, cuando los locales consiguieron su único cetro en estas lides, al vencer de manera indebida a Alemania Federal en la gran final.
Tras concluir el tiempo reglamentario con empate 2-2, ingleses y germanos fueron a la prórroga. Entonces, específicamente en el minuto 100, Geoff Hurst envió un potente disparo al larguero, el baló rechazó y picó sobre la línea, pero el árbitro asistente erró en su decisión y validó el gol de la coronación (aunque el choque terminaría 4-2, en gran medida porque Alemania se volcó al ataque).
Entonces ¿será un remedio santo el uso de la tecnología en estos casos? Solo el tiempo dictará sentencia.